Las dos “narcolanchas” que fueron incautadas hace una semana y media por la Policía Nacional en una nave situada en el puerto de Insuela, en la parroquia ribeirense de Palmeira, después de que fueran descubiertas en la ejecución de un desahucio por el impago del alquiler, ya estaban en el punto de mira de la Guardia Civil. Concretamente, era su Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga el que le estaba siguiendo la pista dentro de una operación contra el narcotráfico que pudiera tener vinculaciones en la comarca barbanzana.
Aunque desde la Benemérita no revelan detalles de sus investigaciones hasta que se hayan cerrado con detenciones o incautaciones, todo apunta a que estas embarcaciones pudieran estar preparadas para ser utilizadas en la labores para alijar los alrededor de 1.200 kilos de cocaína que transportaba, con destino a la costa gallega, un velero de nombre “Nergha”. Esta embarcación fue interceptada a finales de julio del año pasado en el océano Atlántico cuando navegaba a unas mil millas al oeste de las Islas Canarias y al sur de las Azores, y su descubrimiento permitió frustrar ese envío en la que se hizo denominar “Operación Bateas”.
Fuentes cercanas al caso a las que ha tenido este periódico indicaron que la persona que estaba siendo investigada por la Guardia Civil, y de la que se cree que sólo era una pieza más pero de menor nivel en el escalafón o engranaje de una presunta banda organizada, pues tiene por encima a gente más importante.
Sospechan que ese individuo tuvo miedo al sentirse vigilado y prefirió no sacar esas “narcolanchas” de la referida nave, que tiene acceso directo a la Ría arousana a través de una rampa, pues de haberlo hecho podrían haberlo detenido, pues le seguían la pista y estaban tras su pista. Además, no se descarta que en su decisión de echarse atrás también pudo influir el hecho de que el referido velero que transportaba la mercancía ilegal fuera interceptado por la embarcación “Bam Rayo” de La Armada mucho antes de acercarse al litoral de Galicia.
Por otro lado, se da la circunstancia de que ese posible envío frustrado de cocaína coincidió con el momento en el que el arrendatario de la nave dejó de pagarle la cuota del alquiler de la misma a sus propietarios al quedarse sin la fuente de ingresos que le suponía su supuesta actividad ilícita, por lo que podría encajar en las sospechas de los investigadores. Según se pudo saber, los propietarios de la nave en Insuela empezaron hace un lustro a alquilársela para guardar caravanas y embarcaciones a la persona que, ahora ha trascendido que guardaba y ocultaba bajo unas lonas en el interior de un galpón que hay en su parte posterior de la misma las dos “narcolanchas” que fueron intervenidas por la Policía Nacional de Ribeira.
Las investigaciones realizadas por parte de las fuerzas de seguridad apuntan a que esas “narcolanchas” fueron utilizadas, al menos, en un par de ocasiones para la realización de descargas de drogas. Pero, ya no podrán volver a ser usadas con ese fin ilícito después de ser incautadas. Una de ellas es una lancha que tiene instalados dos potentes motores y la otra es de las denominadas “gomas”, de 15 metros de eslora y a la que se pueden acoplar cuatro motores, y ambas ya fueron puestas a disposición del Juzgado de Guardia de Ribeira, al igual que la carretilla elevadora que desde la comisaría consideran que se usaba para manejar las embarcaciones.