A estas alturas todavía hay unos dos mil españoles viviendo un particular calvario en Marruecos. El cierre de las comunicaciones, tanto aéreas como por vía marítima con España los dejó en el país al que habían acudido a pasar unos días de vacaciones. El Gobierno, en su momento, con gran despliegue mediático, anunció la repatriación de buena parte de ellos a través de barcos. Sin embargo, es evidente que el sistema diseñado ha sido insuficiente y el Ejecutivo ha abandonado a su suerte a estos ciudadanos que, es posible que no tuvieran que estar allí, pero están.