El Gobierno envió a Bruselas viernes pasado el Plan de Reconstrucción para acceder a los fondos europeos. Y ni 24 horas tardó el saltar la noticia. El anexo IV del plan fija el compromiso de eliminar la reducción que 2,1 millones de hogares se realizan en el IRPF por tributación conjunta. La razón para suprimir esta bonificación fiscal es según el Gobierno que desincentiva el trabajo, especialmente a las mujeres, y el coste para las arcas públicas de unos 2.400 millones de euros. O lo que es lo mismo, cientos de miles de familias acaban de ver subir sus impuestos en esa misma cantidad.
La primera reacción del Gobierno fue negar la existencia de ese compromiso. La encargada la propia ministra de Hacienda. Montero aseguró que la medida no se va a poner en marcha inmediatamente sino cuando tengan encima de la mesa el dictamen fiscal de su grupo de expertos. La segunda en entrar en Liza fue la ministra de Transición Ecológica quien aseguró que sí es un compromiso y que sí se va a poner en marcha. Lógicamente la confusión fue en aumento y hasta la Comisión Europea se atrevió a comentar si el Gobierno de España le había enviado el mismo plan que el Gobierno había hecho público antes de su envío.
Ahora hay dos meses en los que la Comisión Europea evaluará los planes y los gobiernos podrán presentar aclaraciones o modificaciones.
También ha quedado claro que el Plan de España no contiene compromisos serios con reformas tan importantes como la del mercado laboral o del Sistema Público de Pensiones, otra cuestión sobre la que Bruselas ha pedido explicaciones. Muy chocante también que España sea el único país de los grandes que presenta en sus planes subidas de impuestos, aunque sobre esto veremos si Bruselas se pronuncia. Lo que es seguro es que nos han dado gato por liebre, al menos es lo que parece, y ya no podemos estar seguros de sí lo enviado es lo mismo que lo publicado. Y con razón, porque han sido tantas las veces que nos han engañado desde que gobierna Sánchez y más en pandemia, que todo es posible. Veremos si una vez pasadas las elecciones en la Comunidad de Madrid salen a la luz las verdades del barquero o nos siguen engañando sobre las verdaderas intenciones.