Residentes en el barrio de Abesadas, y más concretamente los que tienen viviendas en la Rúa Xosé Ramón Fernández Barreiro han dicho “basta”, pues aseguran que la situación de conflictividad e inseguridad que vienen padeciendo desde hace más de un año se está haciendo insoportable. Aseguran que “o escándalo” ocurrido en las madrugadas del miércoles y del jueves de esta semana ha colmado el vaso de su paciencia y creen que alguien debe tomar medidas. Fueron muchos los que se despertaron sobresaltados en medio de la madrugada debido a los gritos y discusiones que se escucharon, e incluso temieron que había pasado algo grave.
Sus quejas se dirigen a un edificio en el que viven okupas y al que ya acudieron numerosas veces las policías Nacional y Local, por lo que los vecinos aseguran que las fuerzas de seguridad son conocedoras de lo que pasa allí. Ahora piden la mediación del alcalde, Manuel Ruiz, y señalan que si es necesario están dispuestos a reunirse con él para que les escuche e informarle de lo que ocurre, pero suponen que las fuerzas de seguridad ya lo habrán puesto al tanto de la situación. Algunos de ellos indicaron que ya le comunicaron a las referidas policías que ese inmueble se convirtió en un “supermercado da droga”, al que cada vez está acudiendo más y más gente y de todos los escalafones sociales. Afirmaron que la respuesta que les dieron fue que tienen muchos frentes de ese tipo abierto y que con los medios de que disponen hacen lo que pueden. En este sentido, los afectados por esa situación consideran que debería reunirse la junta local de seguridad para abordar este y otros asuntos que les preocupan a los ciudadanos y que, como asegura una vecina de Abesadas, “nos ten nun senvivir”.
Los afectados señalan que desde hace tiempo están detectando que las fuerzas de seguridad patrullan más por la zona, pero creen que debería hacerse de una manera más discreta, pues se escapan cuando lo hacen con luces de las rotativas encendidas o con las sirenas. Cree que se deben controlar los frecuentes movimientos de gente que entra y sale de ese edificio a todas horas del día e incluso de la noche. Los padres aseguran que no dejan salir a sus hijos de casa, aunque sea para ir a escasa distancia, pues afirman que les da mucho miedo de que les pueda pasar algo.