Ni siquiera ha podido disfrutar de la aprobación por los ministros de Economía y Finanzas de la UE de los fondos europeos que pronto llegarán a nuestro país. Apenas el remodelado Gobierno se había sentado en sus respectivos despachos oficiales cuando se topó con el crecimiento exponencial de los contagios por el covid 19 y la crisis de la represión en Cuba. Y en esas estaba cuando como un mazazo le cayó la sentencia del TC declarando inconstitucional el primer estado de alarma. Unas cosas y otras habían destrozado, en efecto, el ruidoso despegue del nuevo Ejecutivo
Al tiempo, pero en otro escenario bien distinto. en la sede del TC estos días tampoco habrían dejado buen sabor de boca. Y es que por lo que refieren los cronistas de Tribunales, a los ilustres magistrados les hubiera gustado un mayor consenso o acercamiento de posturas, de forma que la resolución final (6 a 5) no hubiese resultado tan ajustada.
He decir, sin embargo, que desde el punto de vista del ciudadano observador cual es mi caso, más que sentencias por consenso negociado y cocinado, personalmente prefiero este tipo de resoluciones que traslucen un concienzudo debate jurídico y en las que se trata no de un choque entre sensibilidades ideológicas o políticas de los magistrados, sino de una justa controversia doctrinal.
Se ha tratado, por lo demás, de un asunto nuevo y complejo. Era la primera vez que se abordaba y estaban en juego nada menos que derechos fundamentales. Bienvenidos sean también, pues, los votos particulares discrepantes.
Para quienes han celebrado el veredicto del alto tribunal, éste, a fin de cuentas, ha puesto en su sitio un nuevo abuso de poder por parte de quienes incluso en tiempos de normalidad tan proclives vienen siendo a ello, cual es el manifiesto caso del presidente Sánchez y su Gobierno. No se trata con ella de dificultar la lucha contra el covid 19, sino de hacerlo a través de los recursos constitucionales, en este supuesto el estado de excepción.
Para otros, por fortuna momentánea, todavía quedan instituciones de guardia dispuestas a defender la supremacía de la ley como una fuerza sitiada. Y dicen “momentánea” porque dentro de un año por estas fechas Sánchez se hará también con el TC. En concreto, cuando toque la renovación de los dos magistrados que corresponde nombrar al Gobierno de turno. Entonces el sanchismo tendrá mayoría en el Constitucional. ¿Qué más puede pedir?