Lloros entre los más pequeños, ganas entre los que son un poco más mayores y sensaciones diversas entre los padres. El regreso a las aulas arrancó ayer de forma oficial en todos los colegios arousanos en una jornada lluviosa que hace aventurar que pocos días le quedan ya al verano. El regreso a las aulas este curso viene marcado por los mismos protocolos motivados por la pandemia que hace justo un año: Uso de mascarilla, mucha desinfección y prudencia. Protocolos que a juzgar por el número de contagios que hubo el curso pasado en las aulas, funcionaron. Con la tranquilidad de que la mayor parte de la población está vacunada el regreso es este año menos incierto.
Tan incierto como, según los padres, es el regreso de los alumnos del colegio de Portonovo a las aulas. Debido a las obras que se están realizando en el centro educativo los pequeños están convocados para empezar el lunes, aunque los padres creen que las obras no estarán terminadas a tiempo. “Lo más probable es que nos digan que se va a retrasar más el regreso porque está levantado el tejado, las ventanas y hay maquinaria en el patio”, dice una de las madres. De hecho hoy mismo está prevista una inspección para determinar si los pequeños pueden volver con total tranquilidad. “Tememos que no acaban y que todo se vuelva a retrasar. No descartamos protestas si ocurre eso”, indican. Añaden que “inauguran el colegio de O Revel para hacerse la foto y aquí los niños no pueden volver”. En el resto de la comarca el regreso a las aulas ha sido normal. Pequeños flecos de última hora en cuanto a tareas de mantenimiento pudieron verse por la mañana, pero la actividad lectiva continuó su curso sin problema.