Pese a que situación epidemiológica derivada de la pandemia por el coronavirus impide las grandes aglomeraciones como las que llegó a haber hasta hace año y medio en la procesión de las mortajas del Nazareno en A Pobra, y que las volvería a haber en una situación normal, ayer quedó demostrado que son numerosos los fieles que le tienen adoración, ya vayan enfundados o no con túnicas o prendas moradas portando velas de diferentes formas.
Aunque sobraron sillas en el fondo del recinto acotado en la Praza Alcalde Segundo Durán para la celebración de tres misas matinales, se contaron por cientos los asistentes, tanto a la solemne presidida por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, que estuvo acompañada por el coro parroquial de O Castelo y el grupo de gaitas Xiada, como a las otras dos que le antecedieron y que ofició el párroco de Santiago do Deán, José Soneira.
Entre los asistentes a la misa solemne se encontraba Ramona, de Boiro, que ofreció un ataúd al Nazareno en agradecimiento por la curación de su hijo Manuel que, aunque no estuvo al borde de la muerte, sí sufrió graves lesiones, en las que se temió que le quedasen secuelas. Relató que fue a consecuencia de un accidente ocurrido hace tres años cuando en una competición ciclista en Porto do Son, en la que cayó de espaldas de la bicicleta y padeció la fractura de tres vértebras. “Creo moito en Cristo, que axuda en casos imposibles, aínda que non se poda demostrar. Fíxenlle un ofrecemento e afortunadamente o meu fillo se recuperou, pero tiven que agardar a que mellorase a situación pola Covid-19 para cumplir a promesa”.
Por su parte, su vástago es devoto de San Ramón de Bealo y le prometió que si podía volver a trabajar le haría cuatro bancos para la tribuna de su capilla. Al conseguir curarse, cumplió con su ofrecimiento.
Ramona, junto a otras personas, cargó con el ataúd ofrecido en el camino de regreso en una pequeña procesión hasta la iglesia de O Castelo de la imagen del Nazareno que había estado presidiendo las ceremonias más multitudinarias en la Praza Segundo Durán, en la que se desplegó un amplio dispositivo de seguridad con la participación de agentes de la Policía Local, voluntarios de Protección Civil y efectivos de la Guardia Civil, y en la que el acceso estuvo controlado mediante entrada con código QR.
También pudo seguirse vía streaming, a través del canal de YouTube del Concello de A Pobra, la misa solemne a la que asistieron diversas autoridades, encabezadas por el alcalde, Xosé Lois Piñeiro, junto a varios integrantes de la corporación municipal, entre otros.