El Arosa inició ayer la semana de entrenamientos para recuperarse del esfuerzo sin premio realizado el domingo en Segovia y empezar a pensar ya en la próxima cita liguera, que será el domingo en A Lomba en el derbi contra el Coruxo (19 horas). Por primera vez esta temporada el equipo de Jorge Otero vio perforada su portería. Después de 536 minutos de juego sin encajar en liga (el último tanto había sido ante el Somozas en el último partido de la segunda fase de la temporada pasada), el equipo arlequinado rompió su imbatibilidad y además se vio en una circunstancia nueva, la de jugar por detrás en el marcador.
Lo hizo además ante un rival muy fiable en su campo, como la Gimnástica Segoviana, que tuvo que juntar líneas y sufrir en la segunda parte para mantener su mínima ventaja hasta que llegó la sentencia en la última jugada del partido.
A pesar del resultado, el encuentro en el campo de La Albuera deja una lectura positiva en el Arosa, que fue capaz de silenciar al millar de aficionados locales en la segunda parte, cuando manejó más el balón y generó alguna que otra ocasión clara. Además, tanto jugadores como el técnico Jorge Otero coincidieron al final del duelo en que la clave del tropiezo fue la mala puesta en escena, por debajo del nivel que ofreció la Gimnástica.
Aún perdiendo el Arosa extrae conclusiones que invitan a pensar que puede ser un equipo competitivo en la categoría, sumamente igualada, en la que el objetivo del club es la permanencia.
Con 7 puntos tras el primer mes y unas sensaciones bastantes buenas, en el vestuario solo piensan en el Coruxo, que llegará a Vilagarcía herido porque no conoce la victoria después de los primeros cuatro partidos. El conjunto vigués, al igual que el Pontevedra, no han empezado bien el campeonato pero están llamados a luchar por las primeras plazas al final de liga. Para el Arosa el partido calibrará su línea de fiabilidad en la nueva categoría en A Lomba, donde acumula 15 partidos sin perder en liga desde la temporada pasada en Tercera División.