La Habana vivió ayer un clima de tensión con una fuerte presencia policial en algunas calles a la espera de la ilegalizada marcha convocada en demanda de un cambio político.
En un recorrido por calles cercanas al Capitolio Nacional, el Prado, el barrio del Vedado y otros más alejados del centro de la ciudad, como el de La Lisa, donde las patrullas y agentes vigilan las calles. En algunas viviendas se podían ver sábanas blancas extendidas en respuesta a la iniciativa de la plataforma opositora Archipiélago, que pidió colgarlas en respaldo a la marcha para demandar la liberación de los presos políticos y una solución de los problemas por la vía democrática y pacífica.
En contraste, edificios e instituciones oficiales llenaron sus fachadas con banderas cubanas. Frente algunos ministerios, los funcionarios públicos celebraron actos de reafirmación.
La cara más visible de Archipiélago, Yunior García Aguilera, permanecía ayer incomunicado en su casa, vigilada aún por agentes, e “indispuesto con una migraña”, tal y como aseguró un familiar que vive en su domicilio, y que reconcocía que la situación es complicada.
Las muestras de apoyo a Cuba se produjeron en muchos lugares del mundo, entre ellos, España. En torno a 200 personas se concentraron ayer en la céntrica y conocida Puerta del Sol de Madrid contra la “dictadura” en Cuba, a favor de la “libertad” y apoyar las marchas del 15N convocadas en el país caribeño para pedir un cambio político.
“Nuestro principal objetivo es visibilizar que en Cuba hay un gobierno totalitario”, sintetizó en sus declaraciones Lázaro Mireles, de la plataforma Somos+. Porque las autoridades cubanas “están acabando y suprimiendo los derechos humanos de millones de personas”, aseguró.
Los concentrados, convocados por varias asociaciones, llevaban banderas de Cuba, gritaban “Libertad” y “Patria y vida”, mientras coreaban canciones del cubano Yotuel Romero.
“La isla ahora está siendo brutalmente reprimida”, dijo también Yadira Dobarganes, doctora cubano-española. “La sociedad civil está pidiendo un cambio de sistema porque ha resultado fallido nuestros derechos han sido secuestrados por más de 60 años”, apostilló. Al cierre de esta edición, la tensión en las calles de La Habana era máxima.