El Concello de Cambados ha puesto en marcha una campaña con motivo del Día del Patrimonio para divulgar sus bienes entre los más jóvenes y concienciarlos sobre la necesidad de respetarlos, sobre todo en prevención de futuros actos vandálicos como el registrado en el Muíño da Seca, que es BIC. Está dirigida a jóvenes de 12 a 16 y consta de material didáctico para trabajar en las aulas. Además, ha proyectado la restauración de nuevos elementos como el lavadero de Rúa Nova y la casi centenaria fuente de Alfredo Brañas.
Así lo anunció ayer el concejal de Patrimonio, Xurxo Charlín, durante la entrega del material al IES Asorey –mañana se hará en el Cabanillas–. Se trata de un tríptico a modo de cómic, “ameno”, así como cinco vídeos y una guía para el profesorado para realizar actividades en el aula. Está elaborado por la FEMP y, en el caso de los textos, el Concello los ha traducido al gallego. “Queremos que os mozos vexan o importante que é o seu patrimonio, que o coñezan e, sobre todo, educar e concienciar nestas idades para evitar máis pintadas nun futuro ou que se bote lixo neles, explicó el edil de Somos. A este respecto, recordó que si quieren “expresar a súa arte”, el gobierno “está disposto a colaborar na busca de espazos axeitados, como xa fixemos con alumnos de Belas Artes”.
Charlín, que compareció con el vicedirector, Domingo Tabuyo, el técnico de patrimonio Javier Montero y la profesora Maribel Iglesias, avanzó que preparan una segunda fase para primavera en lo que sería una especie de congreso para profesores en el que detallar el patrimonio existente en Cambados y luego realizar visitas guiadas.
Y en cuanto a nuevos proyectos de recuperación, se llevarán a la comisión municipal de patrimonio de esta semana. En el caso del lavadero de Rúa Nova, que está en muy mal estado, se arreglará el tejado y el circuito de agua para que recupere su funcionalidad. Para ello cuentan con una subvención de la Xunta que cubrirá el 70 % del coste, mientras que para la fuente de Alfredo Brañas han pedido una ayuda a la Diputación del cien por cien para restaurar la piedra y en una siguiente fase recuperar la emisión de agua y la iluminación.
Esta obra del escultor cambadés Narciso Pérez data de 1925 y también ha perdido el respeto de algunos ciudadanos, que usan sus cuencas como si fueran ceniceros.