Diez años de Caminos Escolares Seguros confirman que no hace falta haber nacido en una fría ciudad finlandesa para comprobar que los niños pueden ir andando solos al colegio. La iniciativa que nació para impulsar la movilidad sostenible ha concienciado a los más pequeños, para beneficio de las futuras generaciones. Igual convendría diseñar un proyecto similar para los que ya están en edad adulta.