Cuando uno empieza una guerra, es de imaginar que no lo hace pensando en llegar a un acuerdo de paz. Para muestra, la resistencia de Israel y Hamás a dejar los ataques. Excusa tras excusa para retrasar el cese de los enfrentamientos que reclama la comunidad internacional. Hasta “problemas técnicos” han alegado. Pocas esperanzas de que el alto el fuego dure.