La joven riveirense que la semana pasada ofreció un testimonio sobre un hecho que le ocurrió la noche en que desapareció en A Pobra la joven madrileña Diana Quer y que le hizo sospechar que podría estar relacionado de alguna manera con este complejo caso, aseguró que una mujer la amenazó a través del teléfono poco después de todo ello. Cuando recibió esa llamada inicialmente creyó que se trababa de alguna amiga que le gastaba una broma al hablarle con acento sudamericano y que le preguntó de qué conocía a una persona a la que se refirió por el nombre y que coincidía con el de su marido. Sin embargo, el tono de la conversación tomó un cariz que parecía tener poco o nada de cachondeo, pues le precisó que se trataba del hombre que la llevó de Pontevedra a Riveira cuando se le averió su vehículo, y le pedía que lo dejase en paz.
Esta joven riveirense indicó que quien la estaba asediando era él a ella y que para evitar males mayores decidió bloquear a esa persona que, según afirma, le estuvo mandando mensajes de voz en los que le decía que era muy guapa ye incluso le hacía proposiciones y le mostraba mucho interés en volver a verla. Esa persona fue a la que le dio indicaciones sobre como regresar hacia Pontevedra y que, en lugar de coger la Autovía do Barbanza, tomó la carretera de la costa, indicándole que había llegado a un pueblo en fiestas llamado A Pobra do Caramiñal. A partir de ahí le dijo que iba bien y esa noche no volvieron a hablar, aunque él le dejó algunas grabaciones por WhatsApp. Aunque la riveirense lo describió como una persona rara, no pretende criminalizarla, ya que sólo se trata de conjeturas, pero que debería investigarse, al menos, para descartar.