Desde hace años, el vilagarciano Alberto Blanco, entrenador de baloncesto profesional, ubica su trabajo en distintos puntos del extranjero. En esta ocasión, Blanco ha establecido Azerbaiyán como su nueva residencia de trabajo. Lo cierto, es que el técnico lleva desde el pasado mes de febrero en el país mencionado, dedicándose a trabajar con las selecciones, y convirtiéndose en el primer arousano que entrena a una selección absoluta masculina.
Lo que no se esperaba era que la Federación acudiese a él para entrenar a un nuevo equipo: el Moik Bakú.Las sorpresas para Blanco no terminarían ahí, y es que tras firmar por dos temporadas, su hijo, Roque Blanco, fichó por el club de Bakú. “La Federación me pidió ayuda y la condición que puse fue tener libertad en la creación de la plantilla. De ahí surge también la cuestión de Roque, él decidió que estaba preaparado para su primer contrato profesional”, afirma Alberto Blanco. Asimismo, Roque lleva toda su vida jugando al baloncesto en Vilagarcía de Arousa, y actualmente militaba en el equipo sénior del Club Baloncesto Vilagarcía, a la par que entrenaba a los benjamines.
Desde el club vilagarciano definen a Roque como “un jugador pillo”, además de ser el primero del CB Vilagarcía en obtener un contrato profesional. “Para mi es un orgullo tener aquí a mi hijo, aunque es consciente de que sus oportunidades pueden no ser muchas porque es un jugador extranjero. Es algo que no voy a olvidar en la vida”, señala Alberto Blanco.
Cierto es que las normas en Azerbaiyán son distintas, ya que todo parece indicar que este año será obligatorio que haya cuatro extranjeros y un local en la pista. “La creación de la plantilla es un proyecto. Ahora que ya tengo claro el presupuesto me estoy demorando un poco porque mi intención es tener también jugadores europeos, no solo seis americanos, y estoy empezando por ahí”, comenta el técnico. “Para Roque será una experiencia que le va a servir para su formación, ese es el principal objetivo. Viene a aprender y crecer como jugador y como persona”, resalta. Lo cierto, es que la liga de Azerbaiyán lleva siendo profesional tres años, por lo que tiene un proceso de adaptación.
Alberto Blanco tiene todo un reto por delante, tal y cómo es la creación de un nuevo equipo, en el que buscará darle entrada a jugadores sub-20 de la selección. “El trabajo con las selecciones ha estado muy bien, la Federación me pidió ayuda para dar entrada en el equipo a jugadores jóvenes que conozco”, señala. “Es un equipo similar al CSK de Moscú. El lunes empezaré a entrenar con los jugadores locales, además de Roque. También tengo casi cerrados a dos o tres jugadores, pero lleva su tiempo”, comenta Blanco.
El Sabah es el club favorito de la liga, ya que es el que más experiencia tiene y cuenta con grandes jugadores, pero el objetivo de Blanco es conseguir que el Moik Bakú se coloque entre los ocho mejores, y así, poder acceder a los playoff. “Aquí todo es un proceso más pausado, pero lo importante es hacer las cosas bien, y cuándo decida todos los jugadores americanos, delimitaré el sistema de juego. El objetivo del club es que el equipo se meta en playoff”, recalca el vilagarciano.
Por otro lado, Roque tenía claro que era su momento. “Es lo que él quiere. Todavía no decidió si va a seguir con el fútbol, aunque no sea de manera profesional”, comenta su padre. La morriña, por supuesto, siempre estará presente. “Es difícil estar lejos de casa, sobre todo en los días libres, que al ser profesional y un trabajo tan exigente son pocos, pero son los días en los que lo pasas peor. Estar con Roque aquí también ayuda mucho, porque no es lo mismo que llegar y estar solo”, cuenta.
Lo cierto, es que no es la primera vez que Alberto Blanco vive esta aventura con alguien de su familia, y es que su hija mayor, Carlota, también estuvo con él jugando al baloncesto en Lituania. "Mi hija mayor a día de hoy está estudiando la carrera de ingenieria industrial en inglés, y principalmente fue porque le ayudó estar conmigo en Lituania", destaca el técnico, que volverá a vivir una experiencia inolvidable.