El Arosa sigue vivo y coleando en Segunda RFEF. Ganó en A Lomba ante tres mil personas al CD Móstoles merced a un gol de Javi Fontán y salvó un “match ball” por el descenso. Se sitúa en puestos de play-out en una tabla apretadísima en la parte baja, con cinco equipos en un punto de distancia. El equipo de Luisito Míguez salvó su primera final, la próxima semana jugará otra en Leganés, de nuevo sin margen de error, antes de acabar la liga en casa ante el Bergantiños. Hoy se ganó el derecho a seguir soñando con quedarse en la categoría.
El partido tuvo dos partes diferentes. El Móstoles fue ligeramente mejor en la primera, en la que perdonó. En la segunda mejoró el Arosa, que logró su gol y hizo sufrir a los suyos al malgastar un puñado de ocasiones muy claras para sentenciar. Pese a ello, no le acabó pasando factura.
Con su defensa de tres centrales y carrileros el Móstoles se sintió cómodo de inicio en A Lomba, que presentó un ambientazo. Esto no pareció intimidar a los madrileños, que empezaron bien en intensidad, ideas y ejecución de su plan. Al Arosa le costó ser profundo, pese a todo tuvo una ocasión clarísima para marcar a los 18 minutos. Pablo Porrúa, que jugó en el vértice superior del rombo en medio campo que formó junto a Diz, Julio y Alberto Martín, se sacó un gran centro abajo que se paseó por área pequeña sin que Beda pudiese conectar el remate. Le faltó instito de “killer” al brasileño, que volvió a hacer un buen partido pero se quedó sin marcar.
Pese al susto, el Móstoles estaba dominando el juego, por lo que no tardó en generar ocasiones. La primera fue doble, en un remate abajo que salvó Cobo y en el rechace tampoco acertó un Portilla que poco después tuvo otra. Perdió Diz en tres cuartos de campo, Portilla atacó la espalda de Campillo, recortó en área a Pedro García y remató rozando el larguero.
Estaban oliendo sangre los visitantes y aumentaban las dudas de un Arosa que estaba muy nervioso en defensa. Quedó demostrado en otra gran ocasión de los madrileños. Con un simple saque de banda bombeado al área generaron una oportunidad clarísima. Los locales dejaron botar el balón y remató solo Portilla en el segundo palo, cruzado en exceso. Fue la tercera que perdonó el Móstoles en la primera parte, por lo que no tardó Luisito en mover ficha de cara a la segunda.
En el descanso se quedó en la caseta Porrúa, que había visto amarilla y acarrea sanción, por lo que no jugará en Leganés el domingo por la mañana. El entrenador de Teo dio entrada a Mon y cambió el dibujo, igualando el de su rival con tres centrales. Julio Rey y Javi Fontán ocuparon los carriles y fueron determinantes en la segunda parte, realizando un enorme desgaste y dando muchísimo al equipo en cuanto a profundidad.
Cierto es que tardó el Arosa unos minutos en pillarle el truco a la variación. Puesto que la segunda parte empezó con otra ocasión clara visitante, otra vez Portilla, que golpeó desviado tras dejada de pecho de Álvaro Sánchez. Mientras el público se encendía cuando el árbitro cántabro medía con distinto rasero a Mantovani respecto a los locales, perdonándole una tarjeta, el Arosa empezó a asimilar el plan de Luisito para la segunda parte.
El Móstoles tenía que juntarse ya en campo propio porque el dominio ya era local. El Arosa empezó a pisar área, pasó a dominar por dentro, con protagonismo para Mon, y a ser profundo por fuera con los canteranos. Dio dos avisos antes del gol. El primero en un balón peleado y robado por Beda, y finalizado por Luismi con un disparo desde la frontal que acabó en córner. Después en un centro de Javi Fontán que no llegó a cabecear bien Luismi. En el 60 llegó el tanto. Fontán inició la jugada, Beda y Luismi la siguieron en área y tras varios rebotes fue el propio Javi Fontán el que acabó rematando abajo. La locura en A Lomba, que empezó a corear el “sí se puede”.
El gol acentuó todavía más la dinámica que había tomado el partido en la segunda parte. Solo un minuto después el Arosa perdonó el 2-0. Con el Móstoles grogui, Beda tuvo un mano a mano, dribló al portero y remató a puerta vacía, pero Recalde salvó en la línea. Los locales estaban desatados. Mon estuvo cerca de marcar de falta directa y después Diego Diz perdonó en área tras una transición montada por Cobo y un descomunal Julio Rey. La afición en la grada se desesperaba porque el Arosa estaba fallando ocasiones muy claras para matar el partido.
Abonado al sufrimiento, el equipo de Luisito entró en el último cuarto de hora con mínima ventaja y la sensación de que en cualquier jugada se le podía escapar. Y estuvo a punto de pasar, pero lo evitó Álex Cobo, en su mejor partido desde que regresó de la lesión. La tuvo otra vez Portilla para los visitantes en un balón a la espalda de Piay al que no llegó Campillo, el meta catalán salvó el empate con una buena mano abajo.
En área contraria el Arosa siguió perdonando, primero en un remate de Luismi, al que al igual que Fontán le sentaron de maravilla las barras energéticas que les dio la nutricionista Marta Costa en el descanso. El vigués casi marca a centro de Mon. En un final no acto para enfermos del corazón, Cobo sacó otra buena mano a disparo de Ledesma desde la frontal.
En los últimos nueve minutos de partido (cinco más cuatro de descuento) las mejores ocasiones fueron del Arosa. Clarísimas. Primero en un remate de cabeza en un córner de Campillo que salvó Tejero, siguiendo con su recital. Y en una contra llevada por Julio por la izquierda con centro al segundo palo y gran remate de cabeza de Mon, a la que Tejero respondió con una parada impresionante.
Sufrió el Arosa por no cerrar el partido, pero al final pudo celebrar el triunfo con toda la gente que acudió a respaldar al club tras la llamada de la directiva. Un triunfo para seguir vivo tras una segunda parte notable.