El Coruxo de Chiqui fue demasiado rival para el Arosa

El Coruxo de Chiqui fue demasiado rival para el Arosa
Mateo sacó a pasear su talento ayer en Fragoselo y asistió a Chiqui en el 1-0 y marcó el 2-0 | juan acha

Coruxo 3-0 Arosa


Si nos atenemos a la clasificación, el de ayer en Fragoselo era un partido entre rivales directos. Pero si uno mira más allá y se para analizar las plantillas y el momento de forma, lo ocurrido atiende a una cierta lógica. El Coruxo, diseñado para pelear por el ascenso, ganó con solvencia y merecimiento 3-0 a un Arosa que aguantó una hora y que dio una pobre imagen después de encajar el primer tanto. Un ex, Óscar Castellano “Chiqui”, vacunó a los arlequinados. El habilidoso extremo fue una pesadilla para la defensa. Gobernó el partido. Avisó en la primera parte y abrió el camino a la victoria local en la segunda tras una pared con Mateo, un socio de lujo.


El Arosa no tuvo ninguna presencia en área rival y acabó siendo víctima de sí mismo y de sus problemas para generar juego. Cayó en la trampa de un Coruxo que no solo jugó mejor con balón, sino que fue mucho más agresivo sin la bola. Y es que en el fútbol también es importante ganar duelos individuales, ser agresivo en la presión para recuperar y correr al espacio en transición. Para ello hay que aguantar el tirón físico de una categoría que ya exige profesionalidad. Ayer algunos jugadores del Arosa no estuvieron al nivel que requería la cita por la exigencia que marcó el rival.


Era un partido para demostrar, una oportunidad para mirarle a la cara a uno de los grandes, nada menos que al equipo más en forma de la liga desde que llegaron al banquillo los hermanos Montes, pero el Arosa no dio la talla. Seguramente porque sus rivales directos son otros, no este Coruxo.


El equipo de Jorge Otero salió con la idea de no encajar en los primeros minutos, esos que le costaron caro en Llanera. El equipo arlequinado, alentado por un pequeño grupo de aficionados que animó desde fuera del recinto en pleno monte, consiguió que pasasen pocas cosas de inicio. Bien organizado en defensa, cediendo la iniciativa a un Coruxo que juntó pases pero que no tuvo demasiada profundidad por las bandas, salvo cuando Chiqui entró en juego por la izquierda, ya que en la derecha Garci estuvo bien vigilado por Cotilla, que no perdió duelos individuales y además recibió constantes ayudas de Julio Rey.


Pese a todo y merced a su dominio, los locales tuvieron dos opciones en los primeros diez minutos. En el seis, Chiqui apareció creando dudas por dentro y remató demasiado cruzado Garci. En el minuto ocho el propio Chiqui filtró un pase entre lateral y central al que no llegó Silva, bien vigilado por Pedro García y Ross en la primera parte.


Salvados los primeros veinte minutos, ese inicio del partido en el que tanto había hecho hincapié Jorge Otero en la previa, el Arosa comenzó a crecer con el balón, lo echó al suelo y le duró más. Al Coruxo tampoco le fue mal cediendo la iniciativa a su rival y jugando más en transición. De hecho con el partido más abierto, Chiqui encontró espacios para seguir asumiendo la responsabilidad en el ataque local. En el 28, encaró a Piay y jugó sobre su lateral Aitor Aspas, cuyo centro raso al corazón del área pequeña despejó Cotilla.


En el minuto 29, polémica. El Arosa encontró en un buen balón en ventaja a Luismi, que fue agarrado por Lucas Puime, pero el árbitro canario Bouzas Laconti no señaló la falta pese a las protestas del delantero vigués, que ya encaraba portería en ventaja.


El Coruxo tuvo dos buenas ocasiones en el 30 y en el 33. La primera tras un robo de Mateo en el centro del campo. El equipo de Jacobo Montes armó una transición rápida entre Silva y un Chiqui que remató abajo en el mano a mano, pero Cobo se estiró y repelió su disparo. El propio Chiqui se sacó un gran disparo con mucha intención unos minutos después, tras recortar de fuera a dentro, pero no cogió puerta. El Arosa se fue al descanso con su portería a cero, la mejor noticia, pero con escaso bagaje ofensivo.


Jacobo Montes movió el banquillo ya en el descanso, dando entrada a Álex Ares por Garci, y a los diez minutos de la segunda parte refrescó el ataque. Entró Youseff y se fue Silva, que poco había aparecido. El Arosa no era capaz de desplegarse con balón y se limitaba a defender en campo propio. Pero el plan en el minuto 64 volvió a aparecer Chiqui para hacer una pared con Mateo y aprovechar el espacio a la espalda de Piay y Pedro García. Chiqui, con su característica conducción hacia dentro se sacó un disparo al palo largo para batir a Cobo. El 1-0 hacía justicia. El Arosa movió el banquillo. Se fueron Porrúa y Julio. Entraron Beda y Nuño. El Coruxo por delante en el marcador se hizo muy fuerte. Dejaba iniciar al Arosa y presionaba con decisión y actitud para robar y atacar rápido, algo que maneja a la perfección. El Arosa, también hay que decirlo, contribuyó a ello. Una pérdida de Mon después de que los visitantes se complicaran la salida de balón dio origen al 2-0. La transición la llevó Youseff y Mateo aprovechó los espacios que dejaba un Arosa desplegado para batir a Cobo por abajo. Ahí se acabó la emoción en el partido.


Pese a que Beda le dio algo de empuje a su equipo al ganar bastantes balones de espalda, el equipo arlequinado no tuvo desequilibrio y su rival tampoco titubeó ante centros laterales. Prácticamente el único disparo a puerta de los visitantes llegó en el minuto 84. Tras una falta lateral, remató Nuño desde la frontal y paró Alberto, que tuvo una plácida mañana. El tercero llegó en el 91, Aarón le robó el balón a Fajardo en campo contrario y se fue en velocidad de Ross para batir de disparo potente a media altura a Álex Cobo. 


Fue la puntilla. Un resultado contundente que habla de la diferencia que hay entre ambos equipos, aunque la clasificación diga lo contrario. El Arosa tiene una semana por delante para hacer olvidar a su afición lo ocurrido. El sábado recibe al Adarve en A Lomba, por donde pasan gran parte de sus opciones de salvarse.

El Coruxo de Chiqui fue demasiado rival para el Arosa

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