Rafa Sáez continúa vinculado al Arosa esta temporada, ya que el club todavía mantiene a equipos de la base en competición como el juvenil A, que esta tarde visita al Racing Vilalbés. El club aclaró ayer que la decisión de apartarlo de la dirección deportiva fue unilateral, y no de mutuo acuerdo como en un principio se anunció desde la directiva. El presidente Manolo Abalo quiere que Rafa Sáez continúe en la entidad en otras funciones, ya que lo considera una figura clave en el despegue del club las últimas cuatro temporadas desde su llegada. “El Arosa ganó muchísimo con él y hay que valorar todo lo que hizo por el club”, explica Abalo, que dice que hará todo lo posible para que siga. “Hay que ver si le podemos encontrar acomodo”.
Al pontevedrés le cogió por sorpresa el cese, que no entraba en sus planes. En sus cuatro temporadas en el Arosa ejerció como director deportivo, en las tres primeras compaginándolo como entrenador, y en esta última en exclusividad. Desde su llegada en 2018 el Arosa cambió su modelo amateur por uno más semiprofesional, aunque adaptándose a las circunstancias del propio club y su entorno. Tras una primera temporada irregular, el Arosa fue superando barreras que se le resistían desde hace varias décadas. Primero al disputar el play-off y posteriormente al lograr el ascenso. Lideró el proyecto durante los tres años, pero en este último dio un paso a un lado para seguir trabajando en los despachos. Las consecuencias económicas del descenso obligan al club a acometer recortes en su estructura, por lo que todo hace indicar que será el propio entrenador el que lleve la voz cantante en la confección del plantel, como los años anteriores en Tercera.
Sáez ensalza la progresión del Arosa en este cuatrienio y pone como ejemplo que, tras el descenso, partirá la próxima temporada con el cartel de favorito al ascenso, situación muy diferente a la que se encontró cuando llegó en 2018.
Habrá que esperar a lo que ocurra las próximas semanas, ya que Rafa Sáez quiere irse facilitando la transición una vez cesado de su cargo en el primer equipo, mientras que el presidente quiere que continúe como activo del club.
Pablo Porrúa acabó contrato y no tiene un segundo año como en principio creían en el club. El propio jugador explica que no hay ninguna cláusula de renovación automática y la ficha la firmó por un año. De esta forma en el Arosa no hay ningún jugador con contrato para la próxima temporada.