El nieto del portero del Celta que vivió todas las caras del fútbol

El nieto del portero del Celta que vivió todas las caras del fútbol
Pedro Bouzada, el héroe del Arosa en Barbadás, es nieto del exportero profesional Fermín Miñán, que militó en equipos como Celta, Castellón, Barcelona B o Villarreal y es una leyenda del San Martín /Juan Acha- DA

Pedro Bouzada, a sus 17 años, fue el gran protagonista de la victoria del Arosa el domingo en Barbadás al marcar el 1-2 en el minuto 95. Un gol que consolida la extraordinaria dinámica del equipo de Míchel Alonso, que ha sumado 16 de los 18 últimos puntos en juego y se ha situado cuarto en la tabla, a la espera de recibir el domingo en A Lomba al Valladares (18 horas). 


Una serie de circunstancias motivaron el inolvidable estreno en Tercera RFEF del juvenil vilagarciano. Se juntó el parón liguero en División de Honor de su equipo, la marcha esta misma semana de Sergio Prieto al Estradense y la lesión de Romay. Bouzada ocupó el hueco que quedó libre en la convocatoria. El joven zurdo salió al campo en el 91 y unos minutos después, prácticamente en el segundo balón en el que entraba en juego, desniveló el partido para su equipo, provocando una inmensa alegría en compañeros, cuerpo técnico, directivos y aficionados. En el caso del presidente, Manolo Abalo, lo vivió desde su coche a través de la radio, ya que los nervios provocaron que decidiese irse del campo unos instantes antes.

Pedro Bouzada
Pedro Bouzada celebra perseguido por sus compañeros el gol que dio la victoria al Arosa en Barbadás  | Juan Acha - Speaker Arosa


El héroe inesperado de Barbadás dio sus primeros pasos de niño en la cantera arlequinada, a la que regresó este año para reforzar al Arosa juvenil tras varias temporadas en la del RC Celta, club en el que su abuelo, Fermín Miñán, militó dos temporadas en Primera División entre 1969 y 1971. El joven vilagarciano no puede tener cerca un mejor consejero, ya que Miñán, natural de Cesantes, vivió en primera persona todas las caras que puede llegar a tener el fútbol. 


Como portero inició su carrera en el Choco, donde destacó y no tardó en fichar por el Gran Peña. Después llegó el salto al Celta. “Me fichó un martes y el fin de semana ya debuté contra el Barcelona”, recuerda a sus 75 años y más de medio siglo después de aquello. Tenía entonces 21 años y se estrenó en partido de vuelta de una eliminatoria de Copa en el Camp Nou.  El Celta perdió 3-0, aunque las crónicas de la época destacan la buena actuación del debutante. El equipo vigués acabó sexto en liga y se clasificó para la Copa de la Uefa, pero el abuelo de Pedro, sin opción de ser titular, optó por cambiar de aires con el objetivo de tener protagonismo. 

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Se fue al Castellón, que ascendería a Primera División, aunque no tuvo los minutos que esperaba tras el fichaje de José Araquistáin, el portero que había ganado la sexta Copa de Europa con el Madrid, por lo que decidió irse al filial del Barcelona tras consensuarlo con el secretario técnico del Castellón, que era Quinocho, leyenda del Celta. “Allí lo jugué todo y querían que me quedara, pero quería volver al Castellón”.
El club valenciano volvió a reforzarse en la portería, por lo que sus opciones de jugar se esfumaron. “Me plantearon la opción del Villarreal, me subieron mucho la ficha y me fui”. Finalizada la temporada,  Miñán se fue al Alzira, después al Lorca y a continuación al Toledo, donde volvió a sufrir impagos. 

 

“Con 28 años decidí volver a Galicia”, ya que su padre tenía una conservera en Vilaxoán (actualmente en Tragove), y el fútbol pasó a un segundo plano. Descartó el Arosa por incompatibilidad laboral, pero no colgó los guantes. “Al decirles que no, subieron al portero de los juveniles, que era Claudio”, el carrilexo que después hizo carrera en clubes como Sporting de Gijón,  Cádiz o Rayo.


Por amistad con sus directivos, Fermín defendió la portería del San Martín durante una década. Fueron los años más importantes de la historia del club, en una Tercera División en la que se cruzó con equipos como Lugo, CD Ourense,  Compostela o el propio Arosa durante varios años. Aún en fútbol amateur, Miñán siguió comportándose como un profesional en cuanto a la dedicación en el día a día. Y siempre tuvo el reconocimiento y la admiración de la directiva vilaxonesa. 

 

La realidad y dificultad del fútbol
Tras toda esa experiencia vivida, ahora disfruta del fútbol en otro plano. Se jubiló hace una década y empezó a llenar parte de su tiempo libre siguiendo a su nieto por todos los campos. De Galicia, España o incluso el extranjero cuando Pedro jugó torneos internacionales con el Celta. “Le veo cositas. No es un jugador diferencial, pero tiene una buena zurdita y ve muy bien el fútbol. Además, en lo físico se lo está currando porque el fútbol le gusta y lo vive”, dice de su nieto sin exagerar ningún halago.

 

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Fermín Miñán, abuelo de Pedro Bouzada, jugó al fútbol de forma profesional en equipos como Celta, Castellón o Barça B  | da


El abuelo es consciente de que llegar a la élite ahora es muy difícil. “El fútbol es muy efímero y complicado. Se pasa de un extremo a otro muy rápido. En mis tiempos si tenías ciertas condiciones, llegabas, pero hoy en día es muy difícil porque hay mucha competencia”, por eso lo que más valora es disfrutar del día a día. “Está entrenando dos días con el primer equipo y eso es importante a su edad”, pero su abuelo sabe que su sitio está en el equipo juvenil, donde juega en posiciones de ataque y lleva cuatro goles. 


“No me pide consejos directamente, pero yo le hablo de la realidad del fútbol”. Su abuelo es el primero que lo baja de la nube. “Tras lo del domingo, por ejemplo, intento hacerle ver que no haga caso a todos los elogios ahora porque con el tiempo pueden ser lo contrario. Lo importante es que esté centrado en su equipo”. Pedro volverá a enfocar sus objetivos con los juveniles, pero no olvidará nunca su debut con el primer equipo del Arosa. Su abuelo tampoco.   

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