El Villalonga de Alberto Mariano sigue cogiendo velocidad para “salir de la UCI”, en palabras del entrenador celeste. En el derbi ante el Boiro los locales lograron sumar de tres en casa, consiguiendo así su segunda victoria consecutiva gracias al 1-0, obra de Rachu.
Durante los primeros minutos del encuentro, ambos combinados comenzaron su tanteo particular, sin que uno destacase sobre el otro, a pesar de que los locales tenían una mayor presencia en el área rival. Cardeñosa exigía más a su equipo, que poco a poco se metía en el partido, buscando cerrar espacios con Prol y Abi. Los visitantes mantenían su presión con Sylla como cabeza de ataque, mientras, Alberto Mariano insistía a los suyos en la circulación de balón. El ritmo del partido parecía guiarse por los pequeños detalles, y es que ambos combinados habían conseguido equilibrar la posesión del esférico.
La primera ocasión clara cayó del lado boirense, con un disparo de Abi desde fuera del área que se quedó a escasos centímetros de batir la portería de Rodri Iglesias, quien poco podría hacer ante tal disparo. El cuadro local no bajaría los brazos, y gracias a un pase lateral de Juan Barbeito, a punto estuvo Marcos Blancos de superar a un gran Borja Rey. En el ecuador de la primera mitad, el arquero visitante volvería a ser protagonista con la ocasión más clara. Tras un pase filtrado, de Martín, Blanco se quedó solo ante Rey, con un disparo que atajaría con el hombro.
Los de Mariano comenzaron con una rápida transición de balón, consiguiendo embarullar el área boirense y despistando así a Borja Rey en un centro lateral mal defendido por parte de los visitantes, para que Rachu simplemente tuviese que empujarla para enchufar el primer gol del derbi. El 1-0 desconcertó por completo a los de Cardeñosa, desconcentrados y sin conseguir encontrar a Sylla o a Prol para rematar las jugadas. A los visitantes les resultaba realmente complicado salir con velocidad al área rival ante el poderoso ejercicio de resistencia que estaban desarrollando los locales para mantener la ventaja hasta el descanso.
El balón volvió a rodar en San Pedro con un Boiro mucho más convencido con balón, pero continuaban con el problema de no encontrar rematador, a pesar de los mágicos inventos de Regueiro. Los de Cardeñosa seguían insistiendo en el área de Rodri Iglesias. Las ocasiones llegaban pero los visitantes no materializaban, mientras que el Villalonga buscaba engancharse de nuevo al partido y sentenciar el derbi cuanto antes. La intensidad del césped se trasladaba a las gradas, con ambas aficiones alentando y mostrando su indignación cuando las cosas no salían.
El Boiro seguía insistiendo en subir al área, pero la realidad era que no lograban crear ocasiones reales de peligro, salvo alguna aislada, por lo que la desesperación en el banquillo de Cardeñosa comenzaba a ser más que evidente.
Sylla se encontraba totalmente solo arriba, por lo que Carde vio el momento para comenzar a mover el banquillo, sacando a Pedrosa y a Yaguito al terreno de juego. Sendos técnicos pedían más intensidad a los suyos, y es que el derbi comenzaba a estancarse con un toma y daca que dificilmente convencía a los aficionados. La intensidad y la emoción retornaron a San Pedro con los cambios, y es que Alberto Mariano sacó al césped a Dieguito y Varo para retomar el ritmo del partido. En solo dos minutos, Dieguito saldría a la carrera con un disparo en el que volvería a aparecer un casi milagroso Borja Rey.
Los locales consiguieron subir la intensidad, buscando el remate definitivo ante la falta de consistencia arriba de los de Carde. El evidente esfuerzo de resistencia del cuadro local no tuvo que persistir mucho en el tiempo, ya que los visitantes no conseguían sostener de manera progresiva la posesión del balón. Si bien los visitantes no cesaban en su empeño por empujar el balón, los resultados no llegaban, por lo que los de Alberto Mariano aprovechaban para tratar de salir al contragolpe y poder batir a Borja Rey.
La desesperación de los aficionados boirenses comenzaba a ser más que evidente, sobre todo después de que Sylla fallase una clamorosa ocasión tras un rechace del propio Rodri Iglesias. El ambiente comenzaba a caldearse con el Boiro buscando una llegada a la desesperada en los últimos minutos. El Villalonga buscaba hacer sangre de un Boiro totalmente diferente del que sumó los tres puntos en Barraña la pasada jornada. Así, Iker apretaba el área de Borja Rey, a punto de firmar el 2-0. Los servicios médicos del Boiro tuvieron que asistir a Prol, que sufrió varias faltas complicadas a lo largo del partido, la última de ellas costó la amarilla a Moncho Fontán.
A pesar de que el cuadro boirense empujaba el balón con ansia de poder sacar un punto de San Pedro, el buen hacer del Villalonga lo impidió,y es que los locales delimitaban muy bien las líneas, a la vez que desde las bandas conseguían cortar las principales líneas de ataque de los de Cardeñosa. La ansiedad terminó pasando por encima a los boirenses, inquietos en los últimos metros del campo y sufriendo con los balones largos.
Los locales mostraron una garra inmensa, a pesar de que el resultado también pudiese ser más abultado a su favor, los de Alberto Mariano no perdieron los nervios aunque no pudiesen batir la portería rival. Sin duda, la actitud que demostraron los jugadores celestes significó un punto importante a favor del cuadro local, que no sumaba de tres en casa desde el seis de octubre ante el Noia. Una victoria que todavía no saca a los de Alberto Mariano de los puestos de descenso, pero que los coloca en la poisición de salida (16º), empatados a 12 puntos con el Boiro, que se coloca un puesto por encima con un partido menos.