El Villalonga de Luciano González se midió en San Pedro ante la UD Ourense. Un encuentro en el que los locales cayeron por 1-3, y en el que los errores individuales terminaron por condenar a un equipo que dio la cara hasta el final, a pesar de las circunstancias.
Luciano apostó por un 4-4-2 con Marcos Blanco y Rachu liderando el ataque. El 7 celeste tuvo una clara ocasión en el minuto cuatro, con un pase filtrado que acabaría con Rachu enfrentándose mano a mano con el portero. La jugada acabaría en córner, salvada de nuevo por el arquero visitante.
Con Tomás en el eje del campo, el Villalonga buscaba encontrar la manera de romper las líneas de los ourensanos. Con más presencia en el área, los locales comenzaron a ganar terreno, dificultando que los de Borja Fernández mantuviesen el balón. A pesar de que el Villalonga comenzase apretando, en un rechace en el minuto 15, cuando el balón parecía ir por encima de la portería de Rodri Iglesias, terminó bajando y entrando en el rebote.
Un tanto que dio alas al Ourense y que desmotivó a los locales, que vieron como, una vez más, los pequeños errores se acaban pagando caro. Los visitantes se enchufaron al partido, volviendo a tener la posesión y acribillando a los de Luciano en el área. El Villalonga trataba de retomar el ritmo del partido, con Rachu presionando en cada salida de balón, presionado por Parrilla. La tensión comenzaba a ser evidente en San Pedro, mientras que Luciano pedía a sus jugadores que mantuviesen la calma con el balón.
Las decisiones arbitrales volvían a ser protagonistas una vez más, especialmente, después de un empujón de Álvaro Fernández a Dieguito. Pasado el ecuador de la primera mitad, el ritmo del partido parecía estancado, y a los locales cada vez les costaba más mantener el ritmo. Ninguno de los combinados lograba tener una notable presencia en el área rival. Los de Fernández buscaban defender el resultado ante las dificultades de salida con balón. Así, el enfrentamiento llegó al descanso sin grandes acciones peligrosas en los últimos minutos del primer tiempo.
El esférico volvió a rodar en San Pedro con la misma idea que en el primer tiempo, a pesar de que Luciano González comenzó a mover el banquillo, sacando a Rachu y Varo por Iago Portas y Héctor. El encuentro mantenía el mismo ritmo, con ambos tanteándose con el esférico, pero de nuevo, un flagrante error defensivo de Jesús, seguido de una anticipada y errónea salida de Rodri Iglesias, provocaron que Miguel se quedase solo con la portería vacía y firmase el 0-2. La rabia empujó a los celestes a acelerar su presión en el área, consiguiendo una peligrosa falta que, como no podía ser de otra manera, Marcos Blanco enchufaría a la escuadra, levantando así a todos los aficionados.
El gol de Blanco echó la gasolina necesaria para que los de Luciano aumentasen su presencia en el área, con una gran oportunidad de Héctor para poner el empate, pero que acabaría salvando Cobo. Tomás no estaba teniendo su mejor día, mientras que Marcos Blanco se desvivía por colarse entre la defensa ourensana. Los locales mantenían la posesión del balón, sintiéndose cómodos con el juego, a pesar de no aprovechar las ocasiones de contragolpe.
Mientras, los visitantes trataban de aguantar el balón el máximo tiempo posible, buscando crear acciones de balón parado que les permitiesen dominar. Los errores defensivos volvieron a costar muy caro. y es que en un centro lateral, Gastón cabeceó el balón, batiendo así a un Rodri Iglesias que no tuvo su mejor partido. Con la moral local por los suelos, a punto estuvo de anotar la UD Ourense el 1-4, en un fuera de juego que acabó con la expulsión del técnico visitante.