Veinte años del último ascenso del Arosa a Segunda B

Veinte años del último ascenso del Arosa a Segunda B
veinte años del último ascenso del arosa a segunda b

El 27 de junio de 1993 Vilagarcía celebraba el último ascenso del Arosa a Segunda B. El equipo de Félix Carnero ponía el broche de oro a una temporada espectacular derrotando en A Lomba en el último partido de la fase al Ribert de Salamanca por 3-0. Se cumplen 20 años de aquella mágica campaña en la que directiva que presidía un joven Juan Carlos Martínez lograba su objetivo.

La contratación del técnico de Bouzas ese verano en sustitución de Juan Cambre era toda una declaración de intenciones. De la apuesta decidida por la cantera del carrilexo, consciente de las posibilidades económicas del club y del potencial de los chavales,  se pasaba a un modelo prácticamente profesional que ejemplarizaba el propio entrenador. El vigués se encontró una excelente remesa de jugadores de la casa que mezclaban juventud y experiencia. La formaban Casal, Javi Fontán, Gabriel, Richard, Miguel Ángel, Nes Bugallo, Nacho, Luisito, Alfonso y Maikel, entre otros. A esta nómina Carnero sumó piezas contrastadas y otras de gran proyección. Llegaron el meta Suso (Pontevedra), Adriano (Celta), Milucho y Capi (Lalín), Covelo (Celta), Caché (Catoira) y el joven Juancho Armental, que venía del Compostela juvenil.
Uno de los jugadores importantes en el equipo fue el central vilagarciano Gabriel García. “Hicimos un enorme trabajo en pretemporada, era doble sesión 5 días a la semana, el resultado fue que físicamente éramos muy fuertes” explica el exfutbolista. “Presionábamos muy arriba, recuperábamos el balón en campo contrario y apenas recibíamos goles. Fuimos el menos goleado, incluso en toda la fase solo nos metieron un gol”.
Al Arosa sin embargo le costó arrancar. Aunque debutó con un triunfo por la mínima en Baltar ante el Portonovo y goleó a la semana siguiente al modesto Meirás en A  Lomba (5-0), la derrota en el derbi ante el Cambados unida a un empate ante el Vilalbés en casa encendió las alarmas. La presión era muy alta. “Nos costó coger el ritmo, pero pronto el equipo comenzó a funcionar a la perfección”. El Arosa encadenó una racha de 13 partidos sin conocer la derrota y se puso líder.
Con viento a favor, todo fueron noticias agradables. Nacía la Peña Yuris. Un grupo de chavales que convertían en un espectáculo cada partido en casa animando desde el fondo norte de A Lomba. Jóvenes jugadores de la cantera como Alfonso Gallego, Maikel o Luisito ganaban protagonismo en un equipo que apenas encajaba goles y completaba una espectacular segunda vuelta en la que solo perdía 2 partidos de los 19 disputados. A mediados de mayo el Arosa se proclamaba campeón de liga en Tercera División por primera y única vez en toda su historia. Fue la primera gran celebración, pero lo mejor aún estaba por venir.
Llegó el sorteo de la fase. Desde entonces el Arosa no ha vuelto a estar en ese bombo. Los rivales en suerte fueron el Lealtad de Villaviciosa, el Moscardó y el Ribert de Salamanca. “Fue el colofón a una temporada increíble” relata Gabriel, que cumplía su tercer año en el primer equipo. “Sabíamos que no podíamos fallar en casa, empezamos ganando en Asturias y también al Moscardó en A Lomba, luego empatamos en Madrid. Todo iba perfecto hasta que no fuimos capaces de ganar al Lealtad en casa” recuerda Gabriel. “ En ese momento sí existió incertidumbre, pero fuimos a Salamanca y ganamos 0-2, por lo que el último partido en casa era simplemente no perder”.

el gol de covelo
Al Arosa le valía el empate ante el Ribert en el último duelo, incluso la derrota si perdía el Moscardó. Carnero alineó a  Suso en portería, una línea de cuatro con Jorge y Fontán en los laterales, Gabriel y Adriano como centrales. Capi, Alfonso, Richard y Milucho en la medular, y Armental y  Caché en punta. El Arosa controlaba el partido, solo el empate sin goles parecía una pequeña amenaza hasta que en el tramo final Covelo abría la lata, Richard y Milucho se unían a la fiesta con otros dos goles. El Arosa ascendía a Segunda B y su afición, sobre todo la Peña Yuris, lo celebraba con fervor.  
Veinte años después, Gabriel recuerda que “lo mejor de aquello era que había un porcentaje muy alto de gente de aquí”. Al año siguiente llegó el descenso. El proyecto se desvaneció con una tentativa fallida en el año 95 que se unía a una galopante deuda. “Faltó paciencia, que es la clave”.

Veinte años del último ascenso del Arosa a Segunda B

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