El Arosa derrotó al Arzúa en A Lomba con un gol de Sylla y recorta a dos los puntos de diferencia con el líder Fabril, que empató en casa ante el Bouzas. Lo mejor fue el resultado, ya que el partido no pasará a la historia porque fue bastante trabado y con muchas imprecisiones. Manu Táboas volvió a echar el candado en casa, donde al equipo de Luisito le cuesta mucho subir sus prestaciones a nivel de juego ofensivo. Ante el Arzúa bastó una buena puesta en escena para resolver la papeleta, aunque el joven rival nunca bajó los brazos e incluso gozó de una clara ocasión que desbarató el propio Táboas cerca del final.
Luisito no pudo contar con el central Martín debido a una microrotura muscular en el cuádriceps, por lo que apostó por Santi en el eje de la zaga junto a Pacheco, situando a Brais Pedreira en el lateral derecho. Abel Suárez entró en mediocampo para reemplazar al sancionado Vidal respecto al partido de A Estrada. El Arosa salió a por el partido ante un Arzúa que se vio muy superado en el primer cuarto de hora. El joven equipo de Alberto Mariano tuvo muchas dificultades para sacudirse la presión local, además le faltó agresividad defensiva. El 1-0 fue obra de Sylla al rematar de cabeza en el primer palo a la salida de un córner lanzado por Brais Pedreira, aprovechando la falta de tensión defensiva del rival. Es el cuarto gol del senegalés en liga.
El equipo de Luisito pudo dejar el partido sentenciado con sendos remates de cabeza en centros laterales desde la izquierda. En posiciones de ventaja dentro del área, Iñaki y Sylla no acertaron a rematar entre palos. Fueron muy claras.
El Arzúa fue templando los nervios y mejorando a medida que pasaron los minutos, consiguiendo nivelar el juego y que el Arosa no le llegase con tanta facilidad a posiciones de centro y remate. La mejor opción visitante en la primera parte fue un disparo desde treinta metros de Lucas, con el que estuvo a punto de sorprender a Manu Táboas, pero el balón no cogió portería. El Arosa, por su parte, ya tuvo llegadas más contadas. Un disparo de Borja muy alto entrando en área en carrera y un buen centro de Pedreira que no llegó a conectar Sylla de cabeza en el primer palo fueron las más destacadas.
El Arzúa salió dispuesto a presionar muy arriba en la segunda parte, por lo que el Arosa apenas pudo tener control del juego a través de la posesión. El partido se jugó en cada metro, con mucha disputa y sin continuidad, ya que ningún equipo quiso retroceder ni un paso. El terreno de juego estaba mejor que anteriores partidos, aunque lejos aún de lo que se le pide a un campo de hierba natural en buenas condiciones.
El técnico visitante dio entrada a Ángel para reforzar el mediocampo, donde Abel era el que más criterio estaba dándole al juego local. A la hora de juego Luisito hizo el primer cambio dando entrada a Álex por Iñaki, pasando Julio a la mediapunta. Pero el Arosa tampoco mejoró así, se limitaba a contener a su rival, que apenas le generaba situaciones de peligro. El partido estaba para que los locales aprovecharan cualquier situación con espacios para sentenciar. Luisito dio entrada a Fajardo en lugar de Julio Rey. El tiempo fue pasando sin que ocurriese absolutamente nada.
A falta de diez minutos los que entraron fueron Hugo Barcia y Hugo Losada, mientras que los visitantes también movieron ficha para echar el resto en la recta final. El Arzúa tuvo su gran ocasión en un centro desde la derecha de Aarón que remató en área pequeña Lucas, salvando Táboas con el cuerpo. En el 88 perdonó Hugo Losada el 2-0 en una contra, recortó muy bien al defensa y su disparo con la izquierda lo rechazó el portero Chema. El colegiado, muy protestado por el público local, añadió seis minutos de tiempo de aumento. La incertidumbre del marcador dio emoción hasta el final a un partido gris del Arosa, pero en el que cumplió su objetivo de ganar.
Suma 41 puntos tras 21 partidos. Sigue en la pelea por el título a falta de nueve jornadas. El próximo fin de semana visitará al Bouzas, que es tercero con 6 puntos menos. Por su parte el Fabril jugará en el difícil campo del Viveiro. El mano a mano está servido.