La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, avisó este martes de que Europa vivía hasta ahora en un momento de “déficit de seguridad”, una “ilusión que ha terminado”, por lo que llamó a hacer un esfuerzo colectivo para lanzar la defensa europea en la que los Estados miembro disparen el gasto militar por encima del 3% del PIB.

En un debate en el pleno del Parlamento Europeo (PE) sobre la cumbre extraordinaria del 6 de marzo, la jefa del Ejecutivo europeo advirtió de que se acabó la “ilusión” de vivir en un “dividendo de paz”, en referencia a destinar a gasto social los fondos ahorrados en defensa, en el marco de una era en la que se veía a Rusia como un socio de Europa y a Estados Unidos como garante de la seguridad en el continente.

La conservadora alemana destaca el nivel de consenso “sin precedentes” en la materia dentro del bloque comunitario

“En realidad, solo teníamos un déficit de seguridad. El tiempo de las ilusiones ha terminado. Europa está llamada a hacerse cargo en mayor medida de su propia defensa”, indicó, ante el sentido de urgencia que imprimió el acercamiento del presidente estadounidense, Donald Trump, con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para poner fin al conflicto en Ucrania.

Así, aseguró que se deben dejar atrás los “pasos graduales” y afrontar la crisis “con la valentía que la situación requiere”. “Necesitamos un aumento de la defensa europea. Y lo necesitamos ya”, afirmó.

Frente a los eurodiputados, defendió su plan de rearme, que recibió el aval de los líderes europeos el pasado jueves. En este contexto, señaló que hay un nivel de consenso sobre la defensa europea “sin precedentes” e “impensable hace solo unas semanas” en el Consejo Europeo. “Es el momento de una defensa común”, aseveró.

Punto principal

La conservadora alemana subrayó que la parte principal del plan recae en los Estados miembro, los que deben elevar el gasto nacional en defensa y recuperar los niveles de inversión de hace décadas.

 “En la actualidad gastamos algo menos del 2% de nuestro PIB en defensa. Todos los análisis coinciden en que necesitamos pasar del 3%. Es obvio que la mayor parte de las nuevas inversiones solo pueden proceder de los Estados miembro”, argumentó, defendiendo la medida de activar la cláusula de escape para que el gasto en defensa no compute para el déficit fiscal.

Así, Von der Leyen reivindicó que el plan de préstamos por valor del 150.000 millones, que contará con el respaldo del presupuesto comunitario, “debe financiar compras de productores europeos”, tras poner el foco en que la estrategia de defensa tiene que ir aparejada a impulsar la industria militar europea.

Más decisiones

Por su lado, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, instó a “mantener la velocidad” para disparar el gasto en defensa y adoptar medidas de apoyo a Ucrania. Así, dijo que el Consejo Europeo ordinario del día 20 “continuará los debates y tomará más decisiones”.

Costa señaló a la agenda de competitividad, que debe ser una prioridad. “Todos conocemos nuestra brecha en innovación, en productividad. Nuestro déficit de inversión”, aseguró. El objetivo de la UE es claro y tiene que pasar por reforzar la capacidad de disuasión y la seguridad en el continente.

Frente al dilema de que elevar el gasto en defensa vaya en detrimento del presupuesto en temas sociales, Costa aseguró que la cláusula de escape permitirá fondos adicionales al permitir más endeudamiento a los Estados. 

En cuanto a los eurodiputados españoles, el debate evidenció las diferencias entre el PSOE y sus socios parlamentarios. El eurodiputado Javier Moreno defendió que el Gobierno socialista seguirá apoyando a Ucrania y “pondrá los medios que haya que poner”, pidiendo no dejar el relato a la extrema derecha.

Dolors Montserrat (PP) replicó que el de Sánchez es el Ejecutivo que menos gasta en defensa mientras mostraron su recelo las eurodiputadas del BNG, Ana Miranda y de ERC, Diana Riba. La primera calificó a Von der Leyen de “señora de la guerra” y le reprochó que “no le importa que el gasto militar lo paguen los pueblos” y Riba apuntó que el problema “no es cuánto se gasta, sino cómo se gasta”.