A finales del año 2020, nació un proyecto con una visión social y ambiental consciente: Ecoballution. Su fundador, Carlos Martínez, un coruñés y jugador profesional de baloncesto con el rango número uno en España en Fiba 3x3, se propuso devolver a la comunidad y al mundo lo que el deporte le había brindado a lo largo de su vida. Así nació Ecoballution, una iniciativa que utiliza el deporte como vehículo para crear un impacto positivo en el planeta.

La misión de Ecoballution es clara y ambiciosa: contribuir a la creación de un mundo mejor y más sostenible a través del deporte. Su lema "Sports to save the world" resume su compromiso con el cambio. Desde sus inicios, Ecoballution se ha centrado en un objetivo específico: abordar la problemática de la contaminación marina.

El proyecto comenzó con la idea de crear redes de baloncesto a partir de redes de pesca restauradas. Aunque Ecoballution ha evolucionado con el tiempo y ha diversificado sus productos y proyectos, nunca ha perdido de vista su esencia y el propósito fundamental que le dio origen.

“Buscamos cada día identificarnos con la frase: “proposit over profit” (tener un propósito más allá del beneficio). Formamos equipo desde el principio con la Asociación de Redeiras Illa da Estrela de Corme. Dependiendo del mes, la recurrencia de las ventas y las colaboraciones que hagamos, solemos trabajar con 6 o 8 redeiras. Desde aquí doy las gracias de nuevo a Rosa, Gloria, Isabel, Carmen, María Jose, Vanessa y el resto de compañeras por lo que estamos consiguiendo juntos ”, destaca Carlos Martínez, propietario de la firma. 

Uno de los hitos a destacar de Ecoballution es la restauración artesanal de 10 toneladas de residuos marinos. Este esfuerzo ha tenido un impacto directo en la reducción de la contaminación marina y ha contribuido a la concienciación sobre la importancia de abordar la problemática de los desechos en nuestros océanos.  

“Fue todo un reto conseguir lograr un producto homologado para cualquier tipo de competición profesional. Las redes deportivas ya existían, pero no de esta manera, ni con materiales reciclados, ni la técnica de fabricación. Finalmente tenemos un producto homologado, nuestras Econet, con un certificado de conformidad europeo y protegido con un modelo de utilidad. Las redes pueden comprarse en nuestra web y en más de 80 tiendas físicas de Decathlon España”, añade Carlos Martínez. 

Colección Streetwear

Además de redes, Ecoballution cuenta con su propia firma de ropa. La colección RAW de Ecoballution representa la dedicación a la promoción de la sostenibilidad y la responsabilidad social. En un mundo donde las tendencias de moda a menudo generan un gran impacto ambiental, optan por un enfoque diferente. RAW se compone de prendas básicas, ideales para lucir en cualquier ocasión. 

“Priorizamos la producción local en Portugal y utilizamos algodón orgánico. Siempre hemos estado comprometidos con la promoción de un deporte responsable con la sociedad y el medio ambiente, y esta colección es un reflejo continuo de ese compromiso. Nuestras prendas son ideales tanto para la práctica deportiva, gracias a su transpirabilidad y comodidad, como para disfrutar de un relajado domingo en casa o para combinarlas con estilos más sofisticados. Son en todo caso un ideal que como comunidad queremos compartir con las personas que nos visten”, añade Carlos. 

Con la colección RAW, refuerzan su compromiso inquebrantable con el medio ambiente, destacándose en la industria de la moda deportiva como una marca consciente y responsable. “En un mundo donde la sostenibilidad es esencial, queremos subrayar que nuestras prendas son completamente libres de pesticidas y productos químicos en sus tejidos; no solo respetando la tierra, sino también la piel de quien las viste”, destaca el fundador. 

Además de seguir ampliando la colección de streetwear, Ecoballution seguirá aportando su grano de arena al deporte. “Iremos ampliando poco a poco nuestros productos. Serán nuevos testimonios, con ellos queremos marcar la diferencia en la industria del deporte, ofreciendo opciones más sustentables, que no comprometan ni la calidad ni la ética, y donde la calidad prima por encima de la cantidad”, concluye.