El sector agrario alerta de más plagas por el cambio climático en Galicia

El sector agrario alerta de más plagas por el cambio climático en Galicia

Organizaciones agrarias destacan la existencia de "buenas cosechas" este año en Galicia, pese a los cambios de temperatura, falta de precipitaciones en épocas donde habitualmente las había o tormentas cuando no eran habituales, aunque inciden en la repercusión que esto tiene en la aparición o persistencia de determinadas plagas.

 

Así lo apunta el presidente de la Asociación Agraria de Galicia (Asaga), Francisco Bello, quien afirma que "en general" no ha habido "problemas con las cosechas" y cita, como ejemplo, la de maíz que califica de "espectacular" con "más de 70 toneladas por hectárea", a la que suma las de viñedo o el forraje.

 

En cuanto a los prados, admite que para la ganadería extensiva se nota la falta de lluvias, pese a ser "en general, el año bueno". En el caso de las patatas, apunta a "problemas muy localizados" por aparición de hongos, como en la zona de A Limia, que vincula con las temperaturas registradas.

 

Desde el Sindicato Labrego Galego (SLG), Xulio Fernández, coordinador del sector lácteo, coincide en que la cosecha de maíz está siendo "de forma generalizada muy buena porque tanto las fincas que plantaron tarde como las que acusaban la sequía del verano se vieron muy beneficiadas por las lluvias de principios de septiembre cuando estaba creciendo la espiga". Además, añade que los días secos benefician los trabajos de 'ensilado'.

 

Por el contrario, apunta al hecho de que este "verano prolongado" favorezca la transmisión de virus como el de la lengua azul o la enfermedad hemorrágica bobina. "Enfermedades que se están extendiendo", admite por la presencia todavía del mosquito transmisor al no darse ya bajas temperaturas.

 

"En la carne, las granjas que más sufrieron la sequía fueron las más extensivas porque el pasto se secó antes de lo normal y ya en agosto se gastaban recursos del invierno", apostilla el coordinador del sector vacuno, Brais Álvarez. "La sequía supone que empiece a haber zonas con problemas para dar de beber al ganado", advierte.

 

AYUDAS ESPECÍFICAS

A su vez, Santiago Cid, responsable de sectores vegetales, precisa que la situación "varía mucho de unas zonas a otras" aunque recalca que hay lugares donde ya hay "problemas serios" con el agua.

 

Por ello, y más allá de las medidas que adoptan los ayuntamientos como limitaciones en el consumo del agua y llamamientos a la concienciación a este respecto, así como las actuaciones de la Xunta, demanda líneas de ayudas específicas para su almacenamiento y mejora de los sistemas de riego.

 

"Esto con carácter urgente", apunta, al tiempo que pide investigación "porque este es un problema que vino para quedarse y seguramente seguirá empeorando", añade sobre la incidencia en productos como la lechuga, la judía o las patatas.

 

"Hay plagas que aguantan mucho más, algunas de las orugas que atacan a las coles ahora podemos verlas durante prácticamente todo el año o hongos como el mildiu que, con humedad y altas temperaturas, hacen mucho daño e incluso malas hierbas que, con estas condiciones, germinan y crecen más rápido".

 

INCIDENCIA DE LOS CAMBIOS "BRUSCOS"

El representante del sector vinícola de Unións Agrarias, Carlos Basalo, asevera que en este sector el estrés hidríco en las plantas -- el agua que no tienen en el suelo la toman de la uva-- "ha llevado a adelantar la recogida", por la incidencia, además de episodios de lluvias o tormentas "en épocas que no se daban" y por los cambios "bruscos" de temperaturas.

 

"La vendimia, en un año normal, se recoge entre mediados de septiembre y mediados de octubre, pero en muchas se empezó ya a mediados de agosto por un verano caluroso y hay que vendimiar porque la uva está madura" y se empezaba a pudrir".

 

"Con todo, ha sido una buena cosecha en cantidad y calidad", recalca Carlos Basalo que afirma que el sector se ve obligado a adaptar la vendimia "a las propias circunstancias". "También a ubicar los viñedos en zonas más altas para que no haya tanta temperatura".

 

Como otros representantes consultados, coincide en que las condiciones de humedad y temperatura afectan a la presencia de plagas. "Con este grave desarreglo climático, es evidente que la proliferación de plagas ya existentes es más común y con mayor intensidad por lo que el cultivo de agua, entre el cambio climático y nuevas plagas, va a estar muy comprometido", señala Bernardo Estévez, responsable del sector del vino del SLG.

 

"En todas las denominaciones de origen de Galicia se adelantó al menos 10-15 días", indica sobre la recogida de la uva, una cuestión que no vincula con las temperaturas pero sí con "las inesperadas lluvias" en la primera quincena de septiembre.

 

"Esta elevada temperatura y la falta de lluvias hacen que la recuperación de los suelos después del verano sea muy lenta o casi nula, tarda en aparecer la hierba, el desarrollo microbiano es lento y, por tanto, la perdida de materia orgánica y el inicio de procesos de desertificación son muy visibles", apunta.

 

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