El Gobierno gallego ha determinado que la planta que proyecta la pastera lusa en Palas de Rei (Lugo) es viable, por lo que ha determinado concederle el permiso ambiental para que pueda continuar el procedimiento.

El Diario Oficial de Galicia (DOG) publica este viernes la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para el proyecto de la multinacional portuguesa Altri de construir una fábrica de celulosa y fibras textiles en el municipio lucense de Palas de Rei (Lugo).

La Xunta indica que esta declaración de impacto ambiental no exime al promotor del deber de obtener todas las autorizaciones, licencias, permisos o informes que sean legalmente exigibles para la ejecución y/o funcionamiento del proyecto.

La fórmula de la declaración favorable confirma que la iniciativa es "ambientalmente viable", así como su carácter "estratégico" para la Comunidad en esta ubicación al destacar el promotor las ventajas “ambientales y económicas” de la misma.

El permiso se ha otorgado bajo una serie de condicionantes que obligan a la instalación a emplear tecnologías avanzadas para la gestión del agua, con un sistema de captación que garantiza un caudal máximo de 46.000 m³ diarios extraídos del embalse de Portodemouros.

En concreto, la obra de toma consistirá en una estructura flotante sobre la cual se instalarán las motobombas que eleven el caudal del embalse de Portodemouros hasta la estación de bombeo que se localiza en tierra firme.

Apunta la declaración que la captación y vertido recorre los términos municipales de Palas de Rei (Lugo), Santiso (A Coruña) y Agolada (Pontevedra).

Asimismo, se exige la implantación de estaciones de tratamiento para las aguas residuales generadas tanto durante la fase de construcción como en la de explotación.

En concreto, la resolución indica que las aguas residuales generadas en el proceso productivo durante la explotación de la planta, se tratarán en una estación de tratamiento de aguas residuales industriales (ETARI) con un caudal de vertido de 30.000 m3/día.

Las aguas residuales sanitarias durante la explotación se tratarán en una estación depuradora de aguas residuales (EDAR) compacta y modular, con una capacidad de 50 m3/día.

Entre las exigencias técnicas destaca la instalación de una chimenea de 75 metros de altura, diseñada para garantizar que, para la totalidad de los parámetros, las concentraciones estén en el rango de las mejores técnicas disponibles.

Señala el texto que con la altura de 75 m para la chimenea, las emisiones no afectarán a la salud humana o al medio ambiente y que en ningún caso se superarán los valores límite/valores objetivo establecidos en el Real Decreto 102/2011, de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire para ninguno de los contaminantes modelizados en ambos escenarios (situación normal y de emergencia).

También aclara, en relación con los olores, que se realizó un estudio predictivo de dispersión de estos para la estimación de las curvas de isoconcentración de olores, con especial interés en los núcleos poblacionales próximos.

En el ámbito del ruido ambiental estima que el proyecto no supone un riesgo potencial de causar impactos ambientales significativos, teniendo en cuenta las medidas protectoras y correctoras previstas.

En otro orden, destacan el estudio del medio socioeconómico realizado por el promotor y que analiza diversos aspectos relacionados con el sector primario.

También amplía la información en relación con la demanda de eucalipto, con datos de exportación y señalando que se empleará eucalipto existente y/o excedentario que en la actualidad se comercializa fuera de Galicia por falta de mercado interior, por lo que no será preciso incrementar las plantaciones y que aplicará pautas de compra responsable en la adquisición de madera de explotaciones forestales certificadas.

En cuanto al patrimonio cultural, admite que en el entorno se localizan varios elementos patrimoniales para los que la Dirección General competente estableció diversas medidas y cautelas a fin de evitar posibles afecciones.

De hecho, apunta la necesidad de rediseñar el trazado de algunas infraestructuras eléctricas y de acceso, con el fin de reducir el impacto visual y proteger zonas sensibles, como el entorno del Camino de Santiago y otros espacios patrimoniales.

En este punto se incide en que las obras de instalación se deben realizar en el menor tiempo posible para minimizar su afección sobre los bienes turísticos y, a poder ser, evitando su coincidencia con fiestas y actividades socioculturales de importancia que se realicen en el entorno del proyecto.

En la resolución se indica que antes de la aprobación del proyecto, “cada una de las medidas establecidas” en esta declaración de impacto ambiental, incluido el desarrollo del programa de vigilancia y seguimiento ambiental, deberán estar definidas y presupuestadas.

Finalmente, la declaración subraya que, además del obligado cumplimiento de las condiciones señaladas, si se manifiesta cualquier tipo de impacto no considerado hasta el momento, el órgano ambiental de la Xunta podrá dictar condiciones adicionales a las anteriores, “de la manera que proceda”.

Además, ante cualquier cambio que se pretenda introducir en el proyecto respecto del recogido en esta declaración, el órgano sustantivo tendrá en cuenta la variable ambiental y, si es el caso, previo a la autorización de los cambios valorará la necesidad de realizar una nueva tramitación de evaluación de impacto ambiental.

De forma de paralela a la petición de la declaración ambiental, Greenfiber, sociedad participada mayoritariamente por la portuguesa Altri y minoritariamente por la española Smarttia, ya inició los trámites con el Ministerio de Industria para obtener una ayuda directa de 250 millones de euros destinada a la construcción de la fábrica de pasta de celulosa y lyocell en Palas de Rei.