Una tensa calma reina hoy en el norte de Kosovo, donde la minoría serbia que no reconoce la autoridad del Gobierno mantiene las barricadas en las carreteras, tras un fin de semana con episodios esporádicos de violencia, causada por la detención de un expolicía serbio.
Según los medios locales, muchos serbokosovares han pasado la noche vigilando las barricadas, ante el anuncio del Gobierno de Kosovo de que enviaría fuerzas especiales de la policía para desbloquear las carreteras en esta zona fronteriza con Serbia.
Según esos medios, durante la noche se escucharon disparos, aunque no hay confirmación oficial por parte de la Policía kosovar, que mantiene cerrados los pasos fronterizos con Serbia de Jarinje y Brnjak.
Kosovo, poblada mayoritariamente por albaneses étnicos, se independizó unilateralmente de Serbia en 2008, diez años después de la guerra entre la guerrilla independentista y las fuerzas de Belgrado, y de la intervención de la OTAN para acabar con la represión serbia en la región.
Los colegios, los cafés y los restaurantes de los cuatro municipios donde los serbios son mayoría, permanecen cerrados hoy.
Este nuevo estallido de tensión se debe a la detención de un antiguo policía serbio acusado de haber atacado un local de la comisión electoral para impedir las elecciones municipales convocadas por Pristina para este mes, y a las que se opone la población serbia.
Los serbios aseguran que la acusación es infundada y busca intimidar a esa minoría, que asegura sentirse cada vez más discriminada.
El Gobierno kosovar ha aplazado las elecciones al 23 de abril para calmar las tensiones.
Los serbios también protestan contra el despliegue de policías kosovares en el norte, argumentando que los acuerdos de normalización de relaciones entre Kosovo y Serbia deja esa competencia a agentes serbokosovares.
En cualquier caso, en la zona hay un vacío de autoridad desde que a comienzos de noviembre todos los representares oficiales de la minoría serbia, incluidos policías, dimitieron en protesta por la decisión del Gobierno kosovar de multar a quien use en sus vehículos matriculas de Serbia, y no las oficiales del país.
La comunidad internacional exige a los serbios que retiren las barricadas y patrullas de las misión policial europea EULEX y militar de la OTAN, KFOR están vigilando la zona.
Eulex denunció el domingo que una de sus patrullas fue atacada con una granada aturdidora.
Belgrado, que sigue sin reconocer la independencia de su ex provincia, ha pedido calma a los serbios de Kosovo y exige la puesta en libertad del expolicía y la retirada de las fuerzas especiales de la Policía kosovar, que usan blindados y armas automáticas.
Según los medios kosovares, hoy llegan a Pristina el enviado de EEUU para los Balcanes Occidentales, Gabriel Escobar, así como el consejero del Departamento del Estado, Derek Chollet, al inicio de una gira por la región.