La carpa municipal de usos múltiples de la Rúa de Galicia, en Ribeira albergó a media tarde de ayer una exitosa inauguración de la exposición de monstruos que la asociación Alfaia montó con motivo de la celebración del Samaín. Alrededor de 70 niñas, y algunos niños, qeu son alumnos de las clases de baile moderno que imparte Carmen Pena, ofrecieron un espectáculo con un total de cuatro coreografías, en las que las más pequeñas, de 3 a 5 años, iban disfrazadas de espantapájaros y se movieron al ritmo de la canción "Tumbas por aquí, tumbas por allá" de Luli Pampín, a las que siguieron las chiquillas de 6 a 8 años con el atuendo de katrinas y que ofrecieron un número sobre la base musical de "Bloody Mary" de Lady Gaga. Como el payaso de “It” salieron al escenario las niñas de 9 y 11 años para bailar al ritmo del tema "Calling all the monsters" (Llamando a todos los monstruos) interpretada por la cantante china Anne McClain e incluida en la banda sonora de la serie "A.N.T. Farm" de Disney, y por último fueron disfrazadas de colegialas zombis el grupo de niñas mayores, de 12 a 14 años, que bailaron un remix.
Tras rematar esas exhibiciones coreográficas, que fueron recogidas por las cámaras de los teléfonos móviles de unos orgullosos padres y familiares, y después de realizarse el sorteo de ocho obsequios donados por negocios colaboradores entre los poseedores del medio millar de rifas que se pusieron a la venta para recaudar fondos con los que sufragar parte del dinero gastado en montar la exposición de monstruos, tuvo lugar la inauguración de esta última, que suscitó los elogios de los cientos de personas que ya pudieron verla y disfrutarla, algo que que se podrá seguir haciendo en la jornada de hoy, mañana y el día 1 de noviembre, en horario vespertino. La encargada de ir dando paso a cada uno de los número de baile fue María José Carreira, que hizo un pequeño repaso a los 27 años de historia de la asociación Alfaia, que surgió gracias a un grupo de madres para ofrecer actividades de ocio para los más pequeños de Ribeira y por la que ya pasaron más de 2.000 familias.
Además del Samaín, celebración popular en cuya recuperación lleva trabajando 17 años y que en los primeros años se hacía al aire libre en la Praza de España y más recientemente en la citada carpa, que iba a ser provisional pero que ya es uno de los espacios estables para albergar eventos de diferente naturaleza. Este colectivo también ha recuperado otras tradiciones que llevaban décadas sin celebrarse como la fiesta de San Cristóbal y el desfile con una caravana de vehículos, la procesión del Paso en Semana Santa, pero también se encarga de la organización de otras actividades como el Día del Carmen dentro de las fiestas de verano de la ciudad o el belén viviente en los soportales del consistorio en la jornada en que tiene lugar la Cabalgata de Reyes, en la que también participa acompañando una de las carrozas, al igual que en el festival de murgas y comparsas del Carnaval de Ribeira. Tras las referidas exhibiciones de baile moderno tomaron la palabra el alcalde ribeirense, Luis Pérez, y la concejala de Cultura, Antía Alberte, que destacaron la iniciativa de Alfaia de celebrar el Samaín y montar esta exposición, animándole a continuar con su actividad, así como a las niñas y niños que pusieron sobre el escenario unas vistosas coreografías.
Por lo que se refiere a la terrorífica muestra, cabe destacar que, junto a las piezas de años anteriores, como el personaje de la muerte, la Santa Compaña, los guardianes del maíz y los espantapájaros, se exhiben novedades como unas brujas volando con sus respectivas escobas. Además, el cementerio, que es mucho más grande que el de ediciones anteriores, ocupando una de las dos mitades en que está dividida la escenografía, se pueden ver las lápidas fúnebres y ataúdes junto a un grupo de niñas zombis saliendo de las tumbas, así como los fantasmas del cementerio -a los que les faltan las piernas y da la sensación de que están en el aire- y, destacando de una manera especial, un grupo de niñas de un coro que tienen a una monja como profesora y que son dignas protagonistas de cualquier película de terror, con caras de los maniquíes deformadas gracias a la utilización de yeso y su posterior maquillaje y la aplicación de un barniz gracias a la mente privilegiada y la acción de Judith Bermo, que contó con la implicación de las hermanas Mari Carmen y Pili García Torrado en el montaje de la escenografía y la confección de un buen número de los personajes.