Después de que la Cofradía de Pescadores de Cabo de Cruz alertase sobre el grave daño que le están causando a su banco marisquero de A Marxa unas obras para la instalación de unas tuberías para la captación de agua que preste servicio a un cocedero, ayer tuvo lugar una reunión en el consistorio de la cilla con la participación de representantes municipales, así como de la empresa Sabor de Mar, de los vecinos y del pósito para tratar de aclarar la situación. Desde el Ayuntamiento indicaron a los asistentes que la ejecución de ese proyecto, que incluye la instalación de una tubería de 200 metros de longitud, tiene el permiso de Costas.
Pero, el patrón mayor, José Manuel Pérez, afirmó que no las tienen todas consigo de que la situación esté tan clara. De hecho, cree que se necesitan más autorizaciones, precisando que en la tarde de ayer acudió al lugar un inspector de Augas de Galicia para hacer comprobaciones, y piensa que la Consellería do Mar también debería tener algo que decir al respecto. Vecinos manifestaron que no quieren que se deteriore el litoral, ni su calidad de vida, que ya se vio afectada por ruidos, humos y “xa nos tememos o peor”.
Las obras no han avanzado demasiado en las últimas horas, pues la pala que iba a continuar con la apertura de un surco para instalarse la referida tubería en la noche del jueves, se encontró con un tractor de la cofradía crucense que pretendía realizar la retirada de algas para evitar que se ahogue el marisco sembrado. Acudió la Guardia Civil porque alguien la debió avisar, pero no hubo incidentes y los mariscadores permanecieron allí hablando hasta las dos de la madrugada sobre esa situación. Ayer por la mañana ocurrió algo similar, pues los mariscadores decidieron cambiar su zona de faena por la de A Marxa, por lo que la pala no trabajó para no lastimarles.