Escasos minutos antes de las nueve de la mañana de ayer se registró una incidencia en el tramo final de la conocida como cuesta de A Mámoa, en la carretera provincial DP-7305, entre Ribeira y la rotonda del cruce de O Vilar, en el tramo denominado Rúa Alcalde Fernández Bermúdez. Un camión de una empresa Bodegas La Parra, de la capital barbanzana, dedicada a la comercialización y distribución de diferentes tipos y marcas de bebidas, así como de otro tipo y marca, derramó sobre la calzada y la acera que hay en las proximidades de la glorieta de la popular Sirena buena parte de su carga de cajas con botellas de cristal de una conocida marca de refrescos, rompiendo varios cientos de esos envases.
Al parecer, según relató el conductor del camión de reparto de esa mercancía, el suceso se produjo cuando iba en sentido bajada de la cuesta de referida A Mámoa y detectó que se abrió la lona y que una caja con bebidas se desestabuló y fue entonces cuando frenó. En ese momento se produjo el desplazamiento de buena parte de la carga que transportaba y que fue a parar sobre la calzada. Hasta ocho empleados de la empresa La Parra participaron en la retirada de la mercancía derramada, incluyendo el barrido de los cristales de las múltiples botellas rotas, logrando que en media hora sacar el grueso de la mercancía, y media hora después se pudo restablecer la normalidad en la circulación rodada.
Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Policía Local, que estuvieron regulando el tráfico en un momento en el que se estaba registrando una elevada circulación por ese punto en el que se estaban registrando retenciones, principalmente debido a que se sitúa junto una intersección de varios viales, coincidió con que era hora punta para la entrada en algunos colegios de la zona. Por ello, los vehículos que iban en sentido ascendente por la cuesta de A Mámoa fueron desviados por la Rúa Xosé Ramón Fernández Barreiro hacia Frións, y así se logró dar mayor fluidez al tráfico rodado. Y acudió el Grupo de Atención ás Emerxencias Municipal (GAEM), que realizó labores de baldeo para limpiar la calzada, ya que el líquido del refresco derramado dejaba el pavimento bastante pegajoso, y eliminó los cristales que quedaban sobre la misma.