La campaña pionera de control de la población felina emprendida en la ciudad de Ribeira el pasado mes de marzo permitió evitar el nacimiento de 288 gatos en la calle, teniendo en cuenta que se contabilizaron 48 hembras que tienen una media de dos camadas al año con tres cachorros por cada una. Así se dio a conocer en la tercera edición de las Jornadas Felinas Nacionales, que se celebró el pasado sábado de manera virtual y en la que participó la concejala ribeirense de Servizos Sociais, Promoción Social, Igualdade e Diversidade, Ana Barreiro Rego, que compartió esa experiencia en el marco de una mesa redonda celebrada dedicada a abordar las dificultades y obstáculos para implantar el denominado método CER -Captura, Esterización y Retorno- y las perspectivas para solventarlos desde la perspectiva de diversos agentes, "que contou tamén contou coa participación de representantes da asociación FdCats, CER Córdoba, Micos de Barrio e Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (Faada)", precisaron desde el Ayuntamiento.
Tal y como ya se informó, ese control de la población felina en la capital barbanzana fue desarrollado por el Concello ribeirense, la academia LaVocal e Formación y la asociación Callejeros Barbanza, aplicando el citado método CER. Para llevarlo a buen término se llevarona cabo actuaciones de ese tipo en 17 colonias dentro de una zona delimitada entre Padra Pateira, O Monumento, Fafián, Casas Baratas, Malecón, García Bayón, Praza do Centenario y las calles Pérez Galdós, Pero Meogo, Lugo y Perú. "Contabilizáronse en total 197 gatos nunha superficie de 1,32 kilómetros cadrados, o que implica unha densidade de poboación de 149 gatos por kilómetros cadrado. En total, revisáronse, estirilizáronse ou castráronse, desparasitáronse e marcáronse na orella a un total de 72 individuos, dos cales 24 eran machos e 48 femias. Destes, retiráronse da rúa dúas femias e un macho por presentar unha situación de vulnerabilidade incompatible coa vida na rúa", precisaron desde la Administración local.
Además, durante la realización de esos trabajos se detectó que la mayoría de las colonias localizadas son alimentadas por una misma persona y que un gran porcentaje de puntos presentan muy pocos gatos, encontrándose muy próximos unos de otros y en ocasiones a distancias que pueden oscilar entre los 50 y 100 metros. De manera paralela, también se efectuaron labores de control de organismos nocivos en las instalaciones del refugio de gatos para mejorar la calidad de vida de los animales. Tal y como dio a conocer hace unos días este periódico, después de la valoración positiva de dicha experiencia por todas las partes implicadas, ya se está barajando la posibilidad de repetir la experiencia y buscar una fórmula que permita su continuidad en el tiempo.