La Cofradía de Cabo de Cruz denuncia el “escarnio” y la “discriminación” a la que está siendo sometida por parte de la Consellería do Mar. El patrón mayor, Jesús Pérez Dieste y el portavoz de los mariscadores de a flote, Javier Noal, comparecieron ayer para dar cuenta de la cruda realidad que se está viviendo en el pósito abocada a tener que despedir a todo el personal ante la falta de apoyo de la Xunta.
Explican que de las 62 cofradías gallegas, la única que no recibe ayudas es la de Cabo, y que desde que ganaron las elecciones, en 2022, están “sufrindo todo tipo de arbitrariedades por parte dos que a gobernan” y “coaccións dende Gardacostas de Galicia”, con “embargos de embarcacións con denuncias de dudosa legalidade e ningunha multa en firme”, o con “silencio administrativo”.
El último ejemplo, denuncian, es la reciente denegación de una subvención de 150.000 euros “que estaba aprobada e estábamos pendentes de recibir”, pero finalmente no ingresarán ni un céntimo “pola excusa dun informe desfavorable por parte de Gardacostas. Que casualidade”, critican.
Los representantes del Pósito boirense señalan que a pesar de ser “marxinados sin piedade”, hasta ahora habían salido adelante, pero con el cese de la actividad “xa non temos ingresos por ventas”, por lo que la situación de la entidad se ha visto agravada, perdiendo además esta subvención cuando más la necesitan.
Su destino era sufragar los sueldos de los trabajadores, la asistencia técnica y la vigilancia de las playas, sin embargo, lamentan “este tiro de gracia por parte da Consellería do Mar vai provocar o despido inminente de todo o personal, abocados a un ERE, menos a secretaria, e deixando as concesións na mans dos furtivos, privando a 400 familias do seu medio de vida no futuro”.
Pérez y Noal reprochan la actitud del conselleiro do Mar, Alfonso Villares, que aunque en un primer momento se mostró receptivo con la Cofradía, no comprenden porqué ahora cambia su talante con ellos. Consideran que se trata de una cuestión política y por no estar de acuerdo con el Plan de explotación marisquera de la Xunta.
Asimismo, advierten de que la falta de vigilancia desde el pósito supondrá un importante aumento de furtivos, que expoliarán las playas sin control.
Desde la Cofradía esperan que la situación se reconduzca y la Consellería do Mar les otorgue finalmente la subvención para poder mantener la actividad y la vigilancia en las zonas marisqueras, a la espera de la regeneración de los bancos marisqueros para poder empezar a vender y continuar así el proceso natural.