El juicio contra el exalcalde de Pontecesures, Luis Álvarez Angueira, por supuesta agresión sexual contra su sobrina política y exconcejala de Benestar Social, Igualdade e Diversidade en el Concello de Rianxo, Hadriana Ordóñez, dio comienzo durante la mañana de hoy en la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, en su sede en Santiago de Compostela. Un inicio que ha estado marcado por el apoyo del colectivo Marcha Mundial das Mulleres, que suma a diferentes grupos y organizaciones feministas, y que reunió a cerca de medio centenar de personas, entre las que se encontraban amigas y familiares de Ordóñez, que arroparon desde fuera de los juzgados a la denunciante al grito de “rebelión, desobediencia contra a súa violencia” o “tes o feminismo, non estás soa”, entre otros cánticos.

Así, en un juicio a puerta cerrada, la Fiscalía pide 16 años de cárcel para Álvarez Angueira por un presunto delito de abusos sexuales continuados entre los años 1996 y 2001, cuando Ordóñez era menor de edad. Además el ministerio Fiscal solicita la prohibición de aproximarse a la víctima o comunicarse con ella durante 10 años. Asimismo, solicitan libertad vigilada también durante 10 años. Por último, piden una indemnización para la víctima de 30.000 euros por daños morales.

Las vistas orales continuarán mañana—tras las declaraciones de la víctima, el acusado y diferentes testigos— con los demás testigos y peritos.

Llegada de Álvarez Angueira 

Así, la convocatoria llevada a cabo por los distintos colectivos hizo que en el exterior de los juzgados, con la presencia de cerca de cincuenta personas, se llenara de seguridad, especialmente con la llegada de Álvarez Angueira a la Audiencia Provincial —pasadas las 9 horas de ayer— que se vio obligado a atravesar un corredor de personas que lo recibieron entre abucheos y gritos de “se tocan a unha, tócannos a todas”.

Falta de protección

Durante la concentración, que continuó —aunque con menor afluencia— durante el transcurso del juicio, allegados de Ordóñez reclamaron que “a vida cotiá” de Álvarez Angueira “non pode  continuar impune, como leva pasando ao longo destes anos, tanto desde que sucederon os feitos como dende que a denuncia foi posta”. En este sentido, Tareixa Carro, amiga de la denunciante, denunció la falta de “medidas de afastamento”, tanto del ámbito familiar como del de Hadriana Ordóñez desde la denuncia de los hechos en el año 2017: “Esa ausencia de medidas fixo que estes sete anos foran un inferno e deran unha aparente calma e normalidade a un proceso que non o pode ser”. “Ela destapou unha botella chea de gas” para abrir el paso a que otras víctimas puedan dar “un paso de luz” y denunciar, aseguró Carro. Asimismo, sobre el fallo del tribunal, recalcó que “non me preocupa, nós cremos en Hadriana”, zanjó, al tiempo que avanzó que, en caso de “unha resolución absolutoria non imos a quedarnos de brazos cruzados”, concluyó. 

Apoyo del BNG

En el momento de la denuncia, Álvarez Angueira negó los hechos y decidió darse de baja como militante del Bloque Nacionalista Galego (BNG), partido del que también era miembro la denunciante y el cuál le mostró su apoyo. Antes del juicio, el BNG ha vuelto a exponer su solidaridad con la víctima a través de un comunicado en sus redes sociales y en su web y con la participación de dos diputadas. Sin embargo, las convocantes de la concentración consideraron que “faltounos máis deputados e caras coñecidas e visibles para a sociedade”, lamentaron.