Cuatro guardas rurales de la Cofradía de Pescadores de Cabo de Cruz desarrollaron la pasada madrugada un operativo contra el furtivismo en la zona de la playa de O Piñeirón, en Boiro, que acabó con la identificación de cuatro personas por pesca ilegal, y a las que les fueron decomisados un total de 20 kilos de marisco y varios utensilios utilizados para cometer las infracciones. Esos guardapescas marítimos llegaron al lugar en torno a las once de la noche del jueves y observaron a varias personas con luces y que estaban metidas en el agua por la superficie.
Al cabo de una hora, vieron salir al primero de los furtivos por el arenal y lo interceptaron abandonando la zona, ya en la vía pública, y le dieron el alto, procediendo a su identificación y a la incautación de las artes que llevaba, entre las que había un truel y las botas, entre otros, así como el marisco que había extraído, y que concretamente eran 5,750 kilos de centolla y 1,20 kilos de nécora.
A la una menos cuarto, los cuatro guardas rurales del pósito crucense interceptaron a dos furtivos más abandonando la zona, dándole el alto en la misma playa de Piñeirón, y procedieron a su identificación y al decomiso de las artes y el marisco. A uno le incautaron dos trueles, una linterna, un capacho y 1,20 kilos de camarón y nécora, mientras que a su compañero se le intervinieron un truel, una linterna, un capacho y 1,850 kilos de camarón.
Y a las dos menos veinte de la madrugada, esos guardapescas marítimos interceptaron a uno de los buzos cuando salía del agua con la mercancía. Le dieron el alto y, pese a que inicialmente emprendió la huida, salieron corriendo detrás de él y lo interceptaron en el mismo arenal, procediendo a su identificación y al decomiso de las artes y el marisco, pues llevaba un arpón con el que había realizado alguna de sus capturas. Le decomisaron 11,250 kilos de marisco y pescado, pues portaba un pinto, seis centollas, seis nécoras, un buey y dos bogavantes.
Además de los identificados, en el lugar había dos individuos más, entre ellos otro buzo que logró escapar. "Uno de ellos que salía por el arenal se percató de nuestra presencia, dándose a la fuga y entrando en su vivienda, que tenía cerca de la playa, por lo que ya no pudimos hacer nada", describió uno de los guardas rurales participantes en el operativo. Trece de los veinte kilos de marisco incautados fueron devueltos al mar, en las concesiones de la Cofradía de Cabo de Cruz, mientras que los siete restantes, entre los que había un camarón, dos bogavantes, un pinto, un congrio y algunas centollas, que estaban muertos, fueron entregados a Amicos.