Un vecino de Ribeira de 65 años, cuya identidad responde a las iniciales B.B.R., fue detenido por la supuesta comisión de un delito de amenazas graves en una actuación llevada a cabo conjuntamente por parte de efectivos de la Policías Local y de funcionarios de la comisaría, que acudieron en apoyo de los agentes municipales tras colisitar su presencia. Fue un viandante el que, en torno a las dos menos veinticinco de la madrugada del sábado, contactó con el Centro Integrado de Atención ás Emerxencias (CIAE) 112 Galicia para comunicar que se acababa de ver amenazado por un individuo que llevaba oculto su rostro con un pasamontañas y que portaba una pistola, que parecía ser de balines, y con la que estaba amenazando, al apuntar con la misma, a la gente que estaba transitando por la Rúa Manzanares, en el barrio histórico ribeirense de Bandourrío.
Con esa información, hasta el lugar se movilizaron dos patrullas de agentes municipales y otras tantas de la comisaría, y se entrevistaron con el alertante, que les hizo indicaciones sobre quién era la persona que estaba amenazando con un arma a los transeúntes, y que se había metido en un portal de esa misma calle por lo que seguidamente se procedió a la identificación al individuo que presuntamente había causado los hechos denunciados y, posteriormente, procedieron a su detención por un posible delito de amenazas graves, encargándose de continuar con las diligencias la Policía Nacional.
Además, los efectivos de los cuerpos de seguridad mencionados procedieron a realizar un registro en el domicilio del arrestado en la propia Ría Manzanares, en el que se encontraron tres machetes o cuchillos, dos esprays de gas pimienta, una funda de la pistola con su correspondiente cinturón, entre otros efectos, que le fueron intervenidos, al igual que la pistola y el pasamontañas con los que perpetró los hechos que se le atribuyen.
Según pudo saber este periódico por vecinos y viandantes de la referida calle y el entorno de la Praza de Teruel, el hombre detenido por amenazas graves ya había tenido en la madrugada del jueves una actitud semejante, con presuntas amenazas a personas en la calle. Por ese motivo, al día siguiente algunos vecinos estuvieron realizando consultas sobre lo que hacer al respecto y fue cuando les informaron que si volvía a suceder que llamasen al 112, que desde allí movilizarían a los medios de intervención necesarios.
El arrestado expresó sus quejas por las molestias que le causa la gente de fiesta |
Los agentes municipales y de la comisaría, que lograron acceder al edificio llamando a la puerta, donde les abrió el hombre que acabó siendo detenido, indicaron que ese hombre mostró una actitud altiva hacia ellos, recriminándoles que acudieran ahora y que si no si no le defendían ellos tendría que hacerlo él mismo ante las personas a las que estuvo apuntando con la pistola. Tras preguntarle uno de los policías si tenía un arma de fuego y que B.B.R. le respondiera afirmativamente y que lo guarda en su mesilla, invitándole a que le acompañase hasta donde tenía ese arma, pudiendo comprobar que se trataba de una réplica de una pistola Duty CZ 75P07, así como un bote de munición de bolas de metal de la marca Gamo del calibre 4'5, seis cargas de gas comprimido, que cuenta con puntero láser de puntería- En el mismo cajón de la mesilla también había dos esprays de pimienta, así como un cuchillo con una hoja de 14 centímetros de largo con cachas negras y filo modificado tras ser afilado por ambas caras y con funda negra; otro cuchillo de cazador de 16 centímetros de hoja y con mango de madera y latón y funda de cuero marrón; y un puñal con hoja de 12 centímetros de longitud afilada por ambas caras, con mango y funda de color negro. Además, en la cama de la habitación había un cinturón azul y marrón y en el que está insertada una funda para pistola, así como un gorro, que el arrestado reconoció que había utilizado momentos antes como pasamontañas. Los policías le preguntaron a B.B.R. si había bajado momentos antes con la pistola y había apuntado con ella a los transeúntes y le respondió "claro que si", apostillando que "vosotros no defendéis a la gente de bien, me tendré que defender yo...". |
Víctimas indicaron que dos noches antes ya les había apuntado con el arma de fuego |
Cuando los policías estaaban entrevistando al hombre que acabó siendo arrestado, un efectivo de la Policía Local y otro de la Policía Nacional fueron requeridos por cuatro chicas de entre 22 y 24 años, que les manifestaron que en torno a las tres de la madrugada del jueves, cuando se encontraban de fiesta en la Rúa Manzanares, el ahora detenido había arrojado agua desde su vivienda a los jóvenes que estaban en la vía pública, alcanzándolas a ellas. Añadieron que, acto seguido, ese hombre abrió la puerta del edificio en calzoncillos y desde el portal le dio una patada a un vaso de cristal que estaba en la escalera y lo arrojó contra el suelo, a la vez que profirió expresiones malsonantes y que, a continuación, sacó un arma de fuego, al tiempo que les gritó a las cuatro muchachas para que se fuera de allí. Añadieron que, tras amartillar la pistola y apuntarles directamente, mientras hacía un barrido hacia todos los que se encontraban en el lugar, y en concreto hacia ellas, ellas se quedaron completamente paralizadas de miedo, y que pudieron reaccionar únicamente en el momento en que el hombre de 65 años retrocedió hacia el interior del portal del edificio, pudiendo echar a correr y marcharse a su domicilio por temor a volver a encontrarse con él.
A mayores, dos de esas chicas indicaron que en la madrugada de este sábado, cuando se encontraban de fiesta en el mismo lugar con un amigo que fue el que solicitó la presencia policial, observaron cómo impactó una botella de cristal contra el suelo procedente del portal del edificio en el que reside el posteriormente detenido. Añadieron que al mirar hacia el portal pudieron comprobar que se trataba del mismo hombre con el que tuvieron el incidente dos noches antes, pero que en ese momento llevaba parte de su rostro cubierto con un pasamontañas y que portaba una pistola en la mano con la que apuntó a los presentes en ese sitio y que volvía a realizar barridos con el arma apuntando hacia ellos, por lo que se asustaron y salieron corriendo por temor a ser reconocidas. Eso que les acababa de suceder se lo comentaron a su amigo, que fue el que posteriormente realizó la llamada a la Policía Local, y que acabó con la detención de B.B.R. y su traslado a los calabozos. Todos los testigos expresaron su intención de formular denuncia por lo sucedido y fueron trasladados a las dependencias de la comisaría por las patrullas policiales. |