Un veinteañero fue detenido pasadas las dos y cuarto de la tarde de ayer en Boiro por agentes de la Guardia Civil como investigado por un presunto delito de violencia de género. Debido a que se trata de un asunto delicado, no ha trascendido demasiada información al respecto más allá de lo que se pudo ver y apreciar durante las horas previas al arresto. El ahora detenido se había atrincherado en un segundo piso -en el que también se encontraba otro joven- en el portal 1 del edificio Rotonda de Barraña, en pleno casco urbano boirense, mientras en el exterior llegó a haber hasta cinco coches patrulla del instituto armado y uno de Policía Local.
Según relató un vecino de ese mismo inmueble que estaba despierto viendo un combate de boxeo por televisión, fue en torno a las seis y media de la madrugada de ayer cuando empezaron a escucharse gritos en la vía pública y, al salir a mirar por la ventana, comprobó que procedían de la parte superior de la Avenida de Barraña y que se debían a una discusión entre un joven y su novia. Minutos después empezó a escuchar fuertes golpes que describió como algo parecido a que alguien estuviera aporreando las tapaderas de unos contenedores. Al salir a mirar no vio nada, pero apuntó que siguió escuchando ruidos que parecían proceder del interior del edificio, donde se estaba registrando una discusión entre los que luego pudo saber que eran los integrantes de la misma pareja a la que había visto antes discutiendo en plena calle.
Poco después, según relató este testigo, la muchacha logró escapar al salir del piso saltando por la ventana del patio de luces y cayó sobre un tejado inferior, donde al parecer pudo sufrir un corte en un brazo. Sobre las 7.20 horas se solicitó la presencia de una ambulancia del 061 para atender a la joven, que luego fue trasladada al Hospital do Barbanza, para examinarle las heridas y realizarle las pruebas que sean necesarias para determinar su estado. Según trascendió, todo lo que relató el citado vecino, se produjo tras regresar la pareja al referido piso tras pasar una noche de fiesta y que acabó con un enfrentamiento entre ambos. Este episodio incluyó diversos objetos arrojados pa la vía pública por la ventana, como macetas, huevos, un cubo de fregona y otros, que supuestamente iban dirigidos a los agentes de la Guardia Civil, que cortaron la calle por razones de seguridad. La dotación de guardia del parque comarcal de Bomberos de Boiro acudió sobre las ocho y media de la mañana de ayer a dicho edificio, a petición de la Guardia Civil, para que sus efectivos procedieran, de manera preventiva, a cortar el suministro de gas de dicho edificio, después de ue se escuchasen amenazas de que alguien iba a prenderle fuego a dicha vivienda.
Negociaciones
Poco antes de las dos del mediodía, el operativo policial desplegado y las negociaciones con los atrincherados se mantenían activados a la espera de que esos dos individuos salieran de manera voluntaria de dicho domicilio o, por el contrario, que tuvieran que ser sacados a la fuerza por la Guardia Civil para proceder, en caso de que así se decidiera, a la detención de uno de ellos, algo que finalmente se produjo tras entregarse voluntariamente.
El ahora detenido, que había permanecido atrincherado durante más de siete horas en el piso de la boirense Avenida de Barraña, llegó a un acuerdo para entregarse voluntariamente a las fuerzas de seguridad. Sucedió poco antes de las dos menos diez de la tarde, momento en el que la Guardia Civil solicitó los servicios de los Bomberos de Boiro para abrir la puerta de la vivienda que no lograban abrirla, y que parecía estar estropeada. Después de echar la puerta abajo, esos profesionales del Consorcio Provincial de Salvamento y Contraincendios se marcharon de inmediato al ser requeridos sus servicios por un accidente de tráfico en Padrón.
El instituto armado introdujo pasadas las dos y cuarto de la tarde un coche patrulla en el garaje del edificio para que, lejos de los objetivos de las cámaras de la prensa, pudiera ser introducido uno de esos muchachos en el mismo. Ese joven fue detenido al estar investigado por un presunto delito de violencia de género y, aproximadamente, cinco minutos después, la Guardia Civil lo sacó del garaje en ese coche oficial para trasladarlo al cuartel boirense. Por su parte, el otro joven que se encontraba con el ahora investigado en el piso salió en libertad por la puerta principal del edificio al no haber cargos contra él, pero lo hizo con una actitud altiva, provocadora y amenazante.