Una pareja de guardapescas de la Cofradía de Cabo de Cruz interceptó a las diez y media de esta mañana a un mariscador ilegal en la zona de Ancados, por lo que procedieron a su identificación y el decomiso del marisco y el rastrillo que portaba. Los vigilantes que intervinieron en esa actuación contra el furtivismo indicaron que cuando realizaban el decomiso del producto y la citada arte de pesca, ese individuo "ameazounos dicindo que ibamos a ir polas malas", ya que cuando le solicitaron que les entregase el marisco se estuvo negando reiteradamente y exigía que llamáramos a la Guarda Civil. Les dijo que ellos no podían retirarle nada, ni registrarle lo que llevaba, "polo que lle respondemos que se non nolo entregaba que ibamos a proceder ao decomiso", indicó uno de los guardapescas.
Este vigilante agregó que, en ese momento, ese furtivo cogió la bolsa con el marisco y, antes de que les diera tiempo a reaccionar, esparció todo el contenido de los sacos -un par de kilos de almeja japónica- por el monte y que, acto seguido, los amenazó con que iban a ir entonces por las malas. Rematada la intervención tras recoger del monte 740 gramos del producto diseminado por el monte, pues el resto quedó oculto entre la maleza, al llegar al vehículo de vigilancia de la Cofradía crucense, que estaba aparcado cerca de la zona del decomiso, se encontraron con dos ruedas pinchadas, que aparentemente fueron causadas por cortes con navaja. Según pudo saber este periódico, esta actuación se registró media hora después de que otra pareja de guardapescas del mismo pósito de Cabo de Cruz lo interceptase y le hubiera decomisado 1,700 kilos de almeja japónica.