Bandourrío estuvo ayer de fiesta para celebrar el San Xoán, pero no pudo ser completa a raíz de que irrumpió la lluvia, que nadie esperaba tras un soleado y caluroso día. La programación diseñada por los responsables de la asociación cultural y vecinal de este histórico y tradicional barrio ribeirense se había desarrollado según lo previsto. De hecho, arrancó en torno a las once de la mañana con unos pasacalles a cargo del grupo de gaitas Borja & Cia, y hora y media después empezó la sesión vermú en la Praza de Teruel con la talentosa Lau Panicanela. 

Ya en horario vespertino hubo una sesión de karaoke en un local hostelero, y luego se desarrolló una divertida fiesta de la espuma, así como juegos populares y un torneo de billar de setas en un pub de la zona. La animación musical regresó a partir de las ocho de la tarde con el concierto de Saraghallada y, cuando el dúo Os Chispas estaba interpretando los primeros temas de su repertorio, empezó a llover y, debido a que el escenario no tenía cubierta y el agua podía estropear los equipos de luz y sonido, se decidió suspender esa actuación, así como las previstas para después de grupo Leite con Jalletas y de Diego Tercero DJ.

La sardinada y churrascada que se había empezado a servir desde las diez de la noche se acabó suspendiendo, pues el agua de la lluvia estaba afectando negativamente a las brasas y al producto que se estaba asando en ellas. Pese a los chubascos, la gente seguía haciendo cola para comprar sus raciones y se acabaron sirviendo 250 kilos de sardinas y 140 kilos de churrasco, y y si no llegan a apagarse las brasas posiblemente se habrían podido preparar todas las existencias para satisfacer a los asistentes.

Además, estaba previsto que a medianoche se procediera al encendido de la hoguera, en cuyo centro se creó un puente de mando de un barco -el año pasado había sido "El Faro de Bandourrío"-, pero se tuvo que adelantar una hora pues la gran cantidad de palés de madera ue la formaban se estaban mojando y luego sería complicado encenderla, algo que se hizo al ritmo del “Andar miudiño". De hecho, a los encargados de encenderla les costó mucho que el fuego prendiera, pero finalmente lo consiguieron, aunque la gran cantidad de gente que había estado ya se había marchado. También se desmontaron las barras que había instalado la entidad organizadora, así como los puestos de los feriantes.