El Bar da Praia de Castiñeiras se ha sumado a la reciente lista de víctimas de los amigos de lo ajeno, aunque en los tres últimos lustros ya le habían entrado a robar en media docena de ocasiones. La última ocurrió en torno a las cinco de la madrugada de ayer cuando dos individuos encapuchados y con la cara tapada se aproximaron a ese local hostelero y uno de ellos rompió el cristal de una ventana del entresuelo para colarse en el interior del local y, tras bajar unas escaleras, se dirigió directamente a la máquina tragaperras, sacándola al exterior tras abrir de par en par una puerta, algo que, pese a que estaba cerrada con llave, consiguió al retirar los pasadores. En ese momento se activó la alarma y, con ella, el sistema de humo para impedirle ver al caco, pero el caco ya se encontraba fuera del establecimiento.
Fue entonces cuando tanto él como su cómplice empezaron a golpear la tragaperras, pero no lo tenían fácil ya que se reforzó su seguridad, y los ruidos pudieron ser escuchados por un hombre que estaba pescando en las proximidades y acudió a ver qué pasaba, lo que provocó que se dieran a la fuga, dejando abandonada y tirada la referida máquina sobre el asfalto de la carretera de la costa que une Ribeira con Aguiño. Desde la central de alarmas avisaron a la Policía Nacional, que solicitó la colaboración de la Policía Local, y al propietario, al que le advirtieron que no entrase ni tocase nada mientras no llegasen los agentes de las fuerzas de seguridad. Posteriormente acudió un integrante de la unidad científica de la comisaría, que estuvo tomando fotos y recogiendo huellas y, sobre todo, las muestras de sangre que quedaron sobre la tragaperras, pues todo apunta a que el ladrón que entró al bar tras romper un cristal se cortó con el mismo.
El dueño recordó que los ladrones ya le entraron a robar en media docena de ocasiones en los 15 años que lleva regentándolo, siendo la penúltima la registrada en el verano de 2022, cuando, tras romper el cristal de una ventana lateral del negocio, le robaron una televisión plana de 55 pulgadas -tras lo cual fue cuando se instaló el sistema de alarma con humo-, un teléfono y papel de liar. En las otras ocasiones le rompieron la tragaperras y le llevaron su recaudación, pero también botellas de licores y el bote de las propinas, entre otros efectos.