Mariscadores y cofradías temen que la crítica situación del sector se agrave con la llegada de los “furtivos de bañador”

Apuntan que pese a la vigilancia que hacen es muy difícil controlar que los turistas que van a las playas metan marisco en el bolsillo
Mariscadores y cofradías temen que la crítica situación del sector se agrave con la llegada de los “furtivos de bañador”
Efectivos de la Policía Autonómica, en la imagen, así como de la Guardia Civil, llevan a cabo operativos contra el furtivismo en la Ría de Arousa | D.A.

La crítica situación que viene padeciendo el marisqueo con la bajada de la producción debido a la elevada mortandad registrada en las playas de ambas márgenes de la Ría de Arousa como consecuencia de los temporales, que obligó al cese de la actividad en muchas de las agrupaciones, así como por el azote del furtivismo que no cesa y se sigue registrando durante todo el año, todavía puede agravarse más. Eso es lo que temen tanto los profesionales de dicho sector como los máximos responsables de las cofradías de pescadores con la próxima llegada de los denominados “furtivos de bañador”, de los que aseguran que “son moi difíciles de controlar por moita vixilancia que haxa”. Pero, desde el sector del mar advierten que eso que los furtivos extraen del mar no tiene trazabilidad, ni depuración, ni control sanitario, “e no caso de que esté afectada por toxina, a comen igual”, además de las pérdidas en cadena para las cofradías, mariscadores, depuradoras, pescantinas y otros establecimientos en los que se venden esos productos por los cauces legales, y que ponen en riesgo puestos de trabajo.


El patrón mayor de Rianxo, Miguel Ángel Iglesias, afirma que sigue habiendo grupos organizados de 6 ou 7 furtivos, principalmente en sus concesiones y también en las de Boiro, pero subraya que, como no hay marisco con talla comercial, “lévanse a cría que sementamos para vendela a algúns parquista que llela compran para que engorde e medre”, y puntualiza que “non todos os parquistas son iguais, pois hai xente que respeta”. Mientras, desde el pósito de Cabo de Cruz indican que no están encontrando esos grupos organizados, Iglesias les recomienda que abran los ojos, pois os mesmos furtivos din que nas mareas vivas van cara Boiro a coller o marisco, e cando son mortas o fan en Rianxo”.


Miguel Ángel Iglesias, que recordó que con las fuertes lluvias de marzo volvió a morir marisco, manifestó que tienen vigilancia y que sirve bastante para disuadir e incluso para levantar bastantes actas de denuncia, pero precisó que “a normativa aprobada é parafernalia, pois non sirve de nada para sancionalos, xa que din que son insolventes, polo que seguimos igual que estabamos”. Y añadió que “agora, co verán e a chegada dos furtivos de bañador, a cousa vai ir a peor, porque son moitos a coller a diario para meterlle ao arroz unhas ameixas, aínda que sean crías, e nos están roubando, porque somos nós os que investimos cartos neso que son as nosas concesións. Nos non nos metemos nas súas hortas para levarlles os seus cultivos, pois eles tampouco deben quitarnos o que é noso”, matizó”.


Preocupación

Enrique Maceiras, patrón mayor de la Cofradía de A Pobra, indicó que desde principios de año se  temían que iba a producirse un llegada masiva de “furtivos de fóra e máis organizados”, pero precisa que no está siendo así y que “a cousa está máis tranquila”. Pero, declara que el furtivismo “é un tema preocupante e que temos esa espada de Damocles detrás e, se acaban de facer o seu traballo noutras zonas, poden vir aquí dun día para outro”. Mientras tanto, afirma que al no haber demasiado marisco “nós estamos indo a traballar moi pouco”, pues están saliendo a faenar entre 35 y 40 de un total de 85 mariscadores. “Morreu case todo o marisco e quedaron catro ameixas, e se vai aparecendo algo e lévacho á xente, esto é moi mal asunto. E agora van vir os chamados furtivos de bañador, aos que todo lles vale para o arroz ou a fideuá e meten de todos nos bolsillos”.


Los patrones mayores de Palmeira y de Carreira-Aguiño, Miguel Franco y José Antonio Santamaría, respectivamente indican que a ellos nos les afecta tanto la acción de los furtivos de bañador. En el primero de los casos, indica que se da la circunstancia de que sus bancos marisqueros son más empedrados y los accesos son complicados, además de que le da la impresión que hay más respeto que antes; mientras que en el segundo no tienen playas de acceso a pie entre sus concesiones. El patrón mayor aguiñense expresa su mayor preocupación sobre todo por la almeja no está desarrollando y el percebe no se está pegando a las piedras, por lo que sus reservas están bajo mínimos. Por su parte, el patrón mayor de Ribeira, José Antonio Pérez, sostiene que ellos no tienen marisqueo a pie y que por esa razón no les afecta tanto el furtivismo desde otoño a primavera, y precisa que no han cogido a nadie extrayendo marisco de manera ilegal. Pero, afirma que si les afecta el de los furtivos de bañador, “xa que, pese a que procuramos estar atentos, é algo que non se pode evitar. O que non podemos facer é ir polas praias detrás dos turistas que entran na auga e meten as máns nos petos”, dijo Pérez Sieira.


Casos aislados

Juan José Rial, patrón mayor de A Illa, afirma que el furtivismo no les afecta por lo de ahora, pues todavía no llegó el verano, “pero, así que empece, teremos o de todos os anos. Entre toda a xente que nos visita hai quenes nos collen marisco nas praias. No resto do ano, aínda que tamén temos veciños coñecidos metidos en malos vicios e de vez en cando os collemos, son casos moi aillados e non son grupos organizados”. Rial Millán declaró que, de julio a septiembre y en función de la meteorología, lo que tendrán que hacer las mariscadoras será vigilar en las playas para que no les lleven el marisco, aunque reconoce que no es tarea sencilla.


Alejandro Pérez, patrón mayor de Cambados, informó que en lo que ha trancurrido de año no han levantado ningún acta de denuncia por el hecho de haber sorprendido a alguien furtivando, aunque reconocer que “houbo algún incidente puntual cando chegaron e viron a alguén que estaba na zona de Tragove, pero que foi insignificante. Na marxe sur da Ría de Arousa non se escoita tanto do furtivismo como o que hai na parte norte”.

 

Rianxo y Boiro siguen teniendo el problema de los ilegales, que cogen la cría a falta de que haya marisco de talla comercial


El patrón mayor de Vilanova, Rosalino Díaz, manifestó que aún siguen teniendo problemas de furtivismo con algún caso más reciente, como el registrado el pasado día 4 cuando, con la colaboración de los vigilantes de Cambados, interceptaron a dos varones que extrajeron unos 8,2 kilos de marisco, precisando que “todo era cría, e pensamos que o colleron para verdérllelo a outros e os sementen noutro lado”. Respecto a esto último, señaló que ese es el problema que más les afecta, pues a la delicada situación que tienen al estar cerrados por falta de producción, ven que su futuro es incierto pues, si les roban la cría ya no alcanza el tamaño comercial para poder cogerlo cuando retomen la actividad extractiva. Recordó que las mariscadoras de a pie llevan sin bajar a faenar desde que empezó el año, mientras que los profesionales del sector de a flote lo hicieron ocho jornadas para probar si servía, pero se encontraron con malos resultados. Respecto a al vigilancia, dijo que aún la mantienen con 6 guardapescas, pero ello se debe a que los tienen subvencionados “pois do contrario non se pode manter”.


Joaquín Santos, patrón mayor de Vilaxoán, manifestó que “sempre hai quen rouba e vanse uns e veñen outros”, pero expresó su satisfacción por el hecho de que se cortó el furtivismo con amenazas a mariscadoras gracias a la ayuda de la Guardia Civil y la Policía. “Pero hai moitos furtivos de bañador, uns porque din que non saben, aínda que o dubido, e outros porque saben de máis e métense na auga para encher os petos e non nos enteramos. Non valoran que o que hai no mar é froito do traballo dunha xente que deixa parte do seu soldo en mercar semente e espera a que creza. A xente pensa que o mar é de todos, pero non á así”. Javier Quintáns, patrón mayor de Carril, indicó que ellos tienen todo bastante controlado con vigilancias desde 3 horas antes y hasta 3 horas después de cada bajamar, y que “el furtivismo ha ido a menos, aínda que sempre queda algún paxaro que non se extingue”.

Mariscadores y cofradías temen que la crítica situación del sector se agrave con la llegada de los “furtivos de bañador”

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