Un niño de 12 años resultó herido de gravedad al sufrir una fractura abierta en una de sus piernas como consecuencia de lo que se ha considerado como un accidente fortuito que se registró en una de las atracciones de feria instaladas en el relleno portuario de Ribeira con motivo de sus Festas do Verán, y concretamente en el día dedicado al niño en el que esas instalaciones contaron con precios populares. Fue en torno a las diez menos veinte de la noche de este lunes cuando un particular contactó con el Centro Integrado de Atención ás Emerxencias (CIAE) 112 Galicia para comunicar lo sucedido, precisando que se había producido en el Barco Pirata en el momento en el que el menor de edad iba de pie en una de las jaulas que hay en sus extremos de dicha atracción.

Con la información facilitada, los gestores del servicio de coordinación de las incidencias en la comunidad autónoma gallega dieron traslado de lo ocurrido a Urxencias Sanitarias de Galicia-061, que movilizó una ambulancia de Soporte Vital Básico (SVB), cuyo personal técnico de emergencias sanitarias detectó que el menor, aunque estaba consciente, presentaba una fractura abierta en huesos de una de sus piernas, y que se sospechaba que pudiera ser de tibia y peroné, como luego indicaron los efectivos de la Policía Nacional que, junto con una patrulla de agentes municipales, también acudió al lugar del suceso. Por ello, se procedió a la inmovilización de dicha extremidad herida y seguidamente se procedió al traslado del niño al servicio de Urxencias del Hospital do Barbanza.

La Policía Local comprobó que la propietaria de dicha atracción de feria tiene toda la documentación en regla, incluyendo el seguro de responsabilidad civil. Además, una testigo, que iba en la misma jaula y al lado de la víctima, le manifestó a las fuerzas de seguridad que lo ocurrido fue algo fortuito, precisando que, con el vaivén del Barco Pirata, al chiquillo le había quedado la pierna enganchada. Con esas informaciones, los efectivos policiales consideraron que no había motivos para precintar la atracción, pese a que el padre del niño lo estuvo reclamando.