La Policía Judicial de la Guardia Civil de Noia se ha hecho cargo desde un primer momento de la investigación del atraco que en torno a las seis y veinticinco minutos de la tarde del jueves se registró en la joyería Sande, ubicada en la Rúa Principal, en pleno casco urbano de Boiro. Pese al mutismo con el que se están llevando a cabo las pesquisas, ha trascendido que estas han permitido obtener indicios importantes para ayudar a esclarecer la autoría de los hechos, especialmente por el hecho de que el hombre y la mujer que entraron a ese negocio y perpetraron el robo lo hicieron a cara descubierta. De hecho, la dueña, una mujer de edad avanzada a la que maniataron, logró identificar a uno de ellos como un individuo que acudió hace días a la tienda para interesarse por unas alianzas de oro.
El atraco se produjo después de que un hombre y una mujer que iban bien vestidos llamaron a la puerta de la joyería y la mujer que lo regenta les abrió porque creyó que eran clientes. Después de estar mirando algunas joyas y objetos en exposición en vitrinas y el mostrador, se dirigieron a ella y le ataron las manos y los pies con cinta adhesiva. Ella manifestó que opuso resistencia y que en el forcejeo la hirieron en la cara, por lo que precisó asistencia médica. Los atracadores se llevaron las joyas de oro que había en tres bandejas y que fueron valoradas en unos 60.000 euros, según confirmó el instituto armado.
Luego acudió una clienta para que le arreglase una pulsera y le dijeron desde dentro que esperase. Cuando pudo entrar halló a la dueña maniatada. Los ladrones se dirigieron a un coche gris que les esperaba en la Rúa Currillo preparado para emprender la huida. La dueña, que fue al cuartel a ratificar la denuncia, tuvo un momento para pasarse por la joyería, para recoger efectos personales. Amigos y clientes se acercaron a ella para interesarse por su estado y darle ánimos. Ella reconoció que aún seguía en shock, pero que físicamente se encontraba bien.