Las visitas a los cementerios de las cuatro localidades de O Barbanza se sucedieron de manera bastante escalonada a lo largo de una jornada de ayer tan soleada como no lo hacía desde hace muchos años, tal y como era el comentario generalizado de la gente. La bonanza meteorológica de este Día de Todos los Santos animó la gran afluencia de vecinos y visitantes que acudieron, generalmente en familia, a llevar adornos florales a sus seres queridos allí enterrados. Hubo momentos de la jornada, especialmente en torno a las doce del mediodía y a media tarde, cuando se registraron aglomeraciones de vehículos en el exterior de esos recintos funerarios, sobre todo de los municipales de Ribeira y Palmeira y en el parroquial de Carreira, en Frións, que registró el momento de mayor de mayor afluencia coincidiendo con el acto litúrgico vespertino. Sin embargo, en estos casos, la Policía Local ribeirense se encargó de regular la situación, colocando la señalización adecuada de entradas prohibidas y para establecer direcciones únicas u obligatorias en viales en los que habitualmente hay menor volumen de tráfico y que facilitan que habitualmente sean en doble sentido de circulación.
Fueron los tres camposantos de la capital barbanzana los que suscitaron los mayores elogios por la decoración o colocación de diferentes adornos florales, como centros, ramos y elementos ornamentales con los que les dieron colorido a la habitual estampa grisácea de los camposantos y que, en la mayoría de los casos, ya los fueron poniendo en días previos, aunque también quienes lo dejaron para el último día y aún ayer se afanaban en los preparativos y colocación de flores. Además, como es habitual, el que Santa Uxía lució de manera especial a partir del ocaso gracias a la tenue luz de las candelas y velas que llevaban encendidas varias horas tras ser instaladas junto a las tumbas y nichos. Además de la importante afluencia de personas a las necrópolis, el hecho de que fuera una jornada festiva, en las localidades barbanzana se registró un gran ambiente en las calles y en las terrazas e interiores de los negocios de hostelería.
Por otro lado, como es habitual cada año por estas fechas, el Ayuntamiento de A Pobra realizó el tradicional reconocimiento institucional a Victoriano García Martí, a María de la Encarnación Beatriz Baltasara del Valle-Inclán Blanco "Mariquiña" y a Daniel Jesús Devoto Fantoni, personajes del ámbito cultural, con ofrendas florales en sus sepulturas. Fueron el alcalde, José Carlos Vidal; la concejala de Cultura, Patricia Lojo, y el director del Museo Valle-Inclán, Antonio González; quienes acudieron en primer lugar al cementerio de Santa María a Antiga do Caramiñal para colocar una corona de flores en el nicho donde descansan los restos del escritor y periodista, que es hijo predilecto de la villa. A continuación, se desplazaron al camposanto de San Isidro de Posmarcos, donde está la tumba de la hija de Ramón María del Valle-Inclán de Josefina Blanco, que nació en el Pazo da Mercé, y a su marido, el novelista Devoto Fantoni.