La segunda planta de la Sala Museo Municipal de Ribeira, que está dedicada al traje tradicional a través de la colección de muñecas donadas por Magdalena Bringas, hija adoptiva de la ciudad, ha visto incrementados sus atractivos con otra colección que se exhibe en una nueva vidriera y en la que se exponen vestimentas y objetos de lujo de finales del siglo XIX y que lucían personas de la alta sociedad. Bajo el título “O vestir dunha elite. Unha viaxe ao século XIX” se exhiben de manera permanente una veintena de piezas originales de vestimentas y complementos femeninos de esa época material, procedente de una herencia familiar, y que fueron cedidos en régimen de comodato hace algo más de un por Cristina Borrás Paz, natural de la parroquia boirense de Abanqueiro, pero afincada desde hace años en la Avenida da Coruña, en Ribeira.
Los objetos de esta colección que ahora donó al Ayuntamiento de Ribeira Cristina Borrás Paz, que es pariente de una de las familias que habitaron la Casa de Doña Adela, en la que incluso llegó a pernoctar, y que es sede del Museo Municipal en el que ahora se exhiben, pertenecieron a María Eugenia Torrado Jáudenes, que perteneció a la aristocracia de la capital barbanzana. Se trata de atuendos femeninos hechos a mano, en un proceso de artesanía de sastrería a medida, y que estilísticamente están próximos a la moda de 1880 e inspirados en los cuadernos de la moda parisina, y que fueron utilizados por su propietaria para lucirlos en distintos eventos de sociedad y asistencia a eventos como recepciones y representaciones teatrales. Ayer tuvo lugar la inauguración, en la que el director del museo, Miguel Ángel Vidal, indicó que esa vitrina refleja una época en la que las clases sociales existían “dunha forma moi marcada”. El alcalde, Luis Pérez, agradeció la generosidad de la donación de estas “obras de arte” por parte de Cristina Borrás, quien dijo que esa donación era una forma de devolver todo lo que le ha dado Ribeira.
La colección está integrada por una chaquetilla, un chaleco de hilo aterciopelado con pedrería y plumas y a juego con un bolso, un chaleco-mantilla de hilo con apliques de azabache y varios complementos con azabache, de encaje palillado, de hilo y de gasa, así como raso liso, plumas naturales de marabú, apliques y remates de macramé, además de una funda, un peine, un abrecartas y un calzador, todos ellos de carey. Y está compuesta por dos retratos fotográficos y dos carnés de baile, uno con la tapa de carey.