La asociación ribeirense Alfaia ha echado el resto este año, tanto en esfuerzo personal y horas de trabajo, así como en materia económica, para que los vecinos de la capital barbanzana celebren el la fiesta del Samaín como se merece. Para ello, desde hace varias semanas estuvo montando en la carpa municipal de usos múltiples de la Rúa de Galicia una exposición de monstruos que sus tres máximas  impulsoras, que son la hermanas Mari Carmen y Pili García Torrado y Judith Bermo, definen como “terroríficamente hermosa”. Su inauguración será a partir de las seis de esta tarde con un espectáculo de baile en el que participarán unas 70 alumnas de 3 a 12 años de dicha entidad, a las que les imparte clases Carmen Pena, y que se repartirán en cuatro grupos para ofrecer otras tantas coreografías.

La exposición, que se espera que atraiga a numeroso público, y que también se podrá visitar en las jornadas del lunes, martes y miércoles en horario vespertino, repite algunos elementos del año pasado y de los anteriores, como es el caso del personaje de la muerte, la Santa Compaña, los guardianes del maíz y los espantapájaros, junto a los que están situadas unas de las novedades, que son unas brujas volando con sus respectivas escobas. Además, el cementerio que había hasta ahora es mucho más grande y ocupa una de las dos mitades en que está dividida la escenografía. En la necrópolis, además de las lápidas fúnebres y ataúdes que ya se pudieron ver en años pasados, se incorporan un grupo de niñas zombis saliendo de las tumbas, así como unos personajes que son los fantasmas del cementerio -a los que les faltan las piernas y da la sensación de que están en el aire- y, destacando de una manera especial, un grupo de niñas de un coro que tienen a una monja como profesora y directora y que son dignas protagonistas de cualquier película de terror, con caras de los maniquíes deformadas gracias a la utilización de yeso y su posterior maquillaje y la aplicación de un barniz. Para recuperar parte del gasto realizado en la compra de diverso material, sobre todo las telas, Alfaia puso a la venta medio millar de rifas para el sorteo de diversos obsequios.