Los socorristas que desde hace una semana prestan sus servicios en la playa de O Vilar llevaron a cabo el miércoles su primer rescate de la temporada estival. Su rápida intervención permitió que sólo tuvieran que realizar la asistencia en el agua, sin necesidad de practicar maniobras de reanimación, ni acciones similares, pues las víctimas estaban bien, pese a llevarse un buen susto. Ocurrió a las cinco y media de la tarde y, según algunos testigos, la jornada estaba “complicada” debido por la marea muy alta, las corrientes y que en la playa había bastante desnivel fruto de los arrastres de arena de las últimas mareas. Los tres bañistas que fueron rescatados se encontraban en una zona donde no hacían pie y las olas dificultaban sus esfuerzos por salir de la corriente circular en la que se metieron.
Durante la labor preventiva que realizaban los socorristas, se percataron de la situación de peligro en la que estaban esas personas, que empezaron a levantar las manos, confirmando que estaban en apuros. Uno de los vigilantes permaneció en la caseta por lo que pudiera pasar en el resto del arenal, mientras que los otros tres bajaron a la arena. Además, se movilizó la moto naútica que se encontraba en la playa de A Ladeira por si fuera necesaria su intervención. Dos de los socorristas se metieron de inmediato en el agua y los alcanzaron. Se dieron cuenta que uno de los niños nadaba con mayor destreza y que logró salir de la corriente, acompañándole luego uno de los socorristas hasta la orilla; mientras que a su madre -estaba nerviosa y pedía que primero salvasen a los chiquillos- y a su hermano les lanzaron los flopys para que se agarrasen a ellos y así el compañero logró sacarlos del agua.
Tras tener conocimiento de esa intervención, Nuria Rodríguez, presidenta de la Federación de Salvamento e Socorrismo de Galicia (Fessga), se puso en contacto con esos socorristas -Pedro Riuiz, Gabriel Piñeiro, Alejandro Manuel Pérez y David Sineiro- a través de sus profesores en Ribeira para felicitarles por su “impecable actuación”, con una buena labor preventiva, por lo que estaban muy orgullosos de ellos y de que “o fixeran tan ben”, precisó.
Posteriormente a ese rescate, se registraron otras dos situaciones de riesgo, que también fueron previstas por los socorristas, pero en las que al final no se precisó de su intervención. Una fue la de un nadador que se metió en una corriente en la zona izquierda de la playa hacia Couso y, aunque también se interesó un surfista, el bañista salió del agua en paralelo a la playa y una ola lo acabó sacando de la corriente. Luego, otra persona nadaba entre dos rocas grandes y las olas lo llevaban contra ellas. Los socorristas fueron en su rescate, aunque al final una ola lo sacó de esa zona. lEn ambos casos, les advirtieron que en el futuro no se metieran en zonas de corrientes para evitar situaciones de peligro como en las que se vieron envueltos.