Melchor, Gaspar e Baltasar acudieron a su cita anual con A Pobra, aunque no lo pudieron hacer con la tradicional Cabalgata y el recorrido en vehículos descapotables por las parroquias rurales tras la cancelación de esas actividades debido a la previsión de adversa meteorología, que amenazaba lluvia, y aunque finalmente dio una tregua ya no hubo opción de cambiar, pues estaba todo preparado para que los chiquillos pudieran ver y ser recibidos por unos momentos por parte de Sus Majestades de Oriente en un abarrotado pabellón polideportivo de la Rúa Venecia. 

En dicho recinto deportivo, al llegaron los Reyes Magos tras su paso previo por la residencia de los mayores, donde saludaron a sus usuarios, se desarrollaron actividades organizadas desde la Concellería de Servizos Municipais, Barafunda Animación y Pablo Méndez Compañía exhibiron sus  espectáculos ante la expectación de los chiquillos allí congregados. Zancudos, bolas de Navidad, aves del paraíso y anémonas hicieron acto de presencia en ese recinto deportivo para, al son de la música tradicional de Trécola, acceder los tres Reyes Magos ante la atenta mirada del público. 

Activando la máquina del tiempo, A Pobra viajó a más de 2.000 años atrás hasta Belén para asistir a la ofrenda de los Reyes Magos al Niño Jesús con oro por ser rey, incienso por ser Dios y mirra por ser hombre. Sus Majestades de Oriente iban acompañados por el séquito real tras ser guiados por la Estrella de Belén, para seguidamente participar en los discursos. El encargado de romper el hielo fue el alcalde, José Carlos Vidal, quién recibió a los Reyes Magos, trasladándoles deseos de solidariedad y paz. Baltasar reconoció que "emociónanos ver os ollos cheos de ilusión de cada neno, pero tamén a cara dos maiores. En cada un de vós recoñecemos aos cativos que fostes anos atrás. Vós non nos esquecedes, pero nós a vós tampouco. A maxia deste día durará ata que volvamos vernos no vindeiro ano, convertendo os vosos soños en realidade". 

Después habló Gaspar: "agardamos que sintades a nosa maxia coa mesma forza que percibimos os vosos corazóns cheos de ledicia e ilusión. Nótase en cada cara, en cada mirada, e xa se sabe que os ollos son o espello da alma. Sodes afortunados de vivir nun lugar tan fermoso, si, pero o que o fai máis especial é a súa marabillosa xente". Y repasó algunas de las peticiones de regalos. Por último, Melchor hizo magia con tres monedas: una primera de oro, una segunda de plata y una tercera de bronce. Con ellas, hizo que todos los presentes dieran un salto y se abrazasen, llenando de "agarimo" la instalación deportiva. La fiesta prosiguió durante toda la tarde con música y animación, degustando roscón de Reyes y zumos, mientras que Sus Majestades recibieron las cartas y últimas peticiones de los chiquillos.