El rechazo del presupuesto municipal para este año de Ribeira por segunda vez en una semana siguió siendo asunto de debate durante el resto del pleno de la corporación celebrado el lunes. De hecho, el alcalde aprovechó varias de sus intervenciones para enumerar algunas de las consecuencias que, a su juicio, va a tener esa decisión, apuntando principalmente que el Concello va a tener que afrontar en 2023 una deuda que podría rondar 1,5 millones de euros, al no poder asumir los contratos firmados por el Ayuntamiento por falta de liquidez. Detalló que no va a poder disponer de los 23 millones de euros de ingresos corrientes, “ao non poder ingresar o que temos recadado por non dispoñer de orzamento”, precisó Manuel Ruiz. Precisó que con la aprobación de un suplemento de crédito, que calificó como “un parche” ante la falta de presupuesto, puede disponer de un máximo de 971.036 euros, que es el único importe que el Estado le permite incluir a mayores respecto a los ingresos de este año.
Ruiz precisó que con ese dinero sólo podrán hacer frente a la modificación de la RPT -se aprobó por unanimidad-, a la subida salarial de los trabajadores de un 1,5%, al pago de retribuciones de diversos servicios municipales, el Servizo de Axuda no Fogar, el comedor escolar y los pagos de consumo de electricidad y combustibles. Ruiz Rivas precisó que sólo van a poder cumplir temporalmente con sus trabajadores, pues los ingresos prorrogados no dan para ello. Agregó que cuando les llegue el POS “a responsabilidade será meter en gasto corrente a maior cantidade posible”, al igual que señaló que será lo que deba suceder cuando dispongan del remanente “co que haberá que pagar os pufos do 2022 e os que se estén xenerando no 2023”. “Esa é a gran desgracia á que levaron ao Concello, que é a primera vez que nos vamos a parecer aos da bisbarra con expedientes de recoñecementos xudiciais de crédito para pago a proveedores”.