Solicitan 19 años de cárcel para dos acusados de un intento de homicidio en octubre de 2020 en Ribeira

Solicitan 19 años de cárcel para dos acusados de un intento de homicidio en octubre de 2020 en Ribeira
El juicio contra el hombre y la mujer procesados fue señalado para el 17 y 22 de enero en la Audiencia Provincial en Santiago de Compostela | Chechu Río

Un hombre y una mujer deberán sentarse los días 17 y 22 de enero en el banquillo de los acusados de la sección compostelana de la Audiencia Provincial de A Coruña para responder de un delito de homicidio en grado de tentativa, en concurso con otro de lesiones, y por los que la Fiscalía solicita para cada uno de ellos una condena de nueve años y medio de cárcel, así como la prohibición de acercarse a su víctima y de comunicarse por cualquier medio con él durante diez años y medio. Y demanda que ambos indemnicen conjunta y solidariamente a la víctima con 8.000 euros y al Sergas con 1.368 euros.


Los hechos que se les atribuyen se registraron el 18 de octubre de 2020 cuando, según la Fiscalía, los dos procesados, A.G.R. y M.P.B.M., de previo y común acuerdo, acudieron al domicilio en Ribeira de F.J.D.G., después de que el primero le llamó por teléfono pasadas las tres y media de la madrugada, indicándole que era el chico que el día anterior le llevó las centollas y le preguntó si podía ir a su casa, a lo que le respondió afirmativamente. Unos 10 minutos después, llamaron al timbre del domicilio de F.J.D.G., que se asomó a la ventana, pero no pudo distinguir quien era realmente por la oscuridad y el uso de la mascarilla, pero le bajó a abrir. Era A.G.R., quien se metió en la vivienda, procediendo su dueño a cerrarla con llave mientras otras dos personas, una de las cuales era M.P.B.M. -la otra no se pudo identificar- intentaron acceder por la fuerza, golpeando la puerta con mucha intensidad, a la vez que la acusada le decía que les abriera y que lo iban a matar.


Según señala el Ministerio Público en su escrito de conclusiones provisionales, una vez dentro de la casa, el acusado le exigió a la víctima que dejará entrar a las otras dos personas, pero se negó, por lo que A.G.R. esgrimió un cuchillo con punta redonda y mando negro, con el que le apuñaló varias veces por la espalda, desplomándose al suelo, y el atacante continuó agrediéndole con patadas y puñetazos, a la vez que le atacó insistentemente con el arma blanca, pudiendo repeler la agresión con manos y brazos para defenderse, y el agresor trató de estrangularle. Durante ese forcejeo, F.J.D.G. llegó a morder a su atacante en un brazo para evitar que le alcanzase a partes vitales, y le lanzó puñetazos y patadas a la vez que pedía auxilio. Además, advirtió que A.G.R. le llegó a decir que “esto é a conta de Pili”.


Aviso a la Policía 
El perjudicado pudo observar, mientras era golpeado, como las personas que estaban en el exterior de la casa golpeaban fuertemente la puerta, llegando a romperla, a la vez que proferían insultos y decían que lo iban a matar, Transcurrido un tiempo, mientras el agredido y el atacante estaban en el suelo y el primero mantenía una de sus piernas contra la puerta para evitar que pudieran entrar, F.J.D.G. escuchó una voz femenina que procedía del exterior y que decía que ya habían avisado a la Policía Nacional. Era una vecina que había acudido junto a su marido al escuchar el alboroto. 


Los acusados, al percatarse de la llegada de las fuerzas de seguridad, huyeron apresuradamente por un callejón oscuro de las proximidades, tras robarle las llaves del domicilio y 30 euros. La víctima, que se refugió en su casa, pudo ver a su patrulla y, aunque ensangrentado pero sin perder la consciencia, acudió a los agentes para entrevistarse con ellos, y luego fue trasladado en ambulancia al Hospital do Barbanza. Los policías hallaron un cuchillo como el usado en la agresión en la Rúa Cervantes, y el informe de ADN determinó que las muestras de pelo halladas en su mango son altamente compatibles con A.G.R.


Debido a las características de las lesiones, con heridas por arma cortopunzante y señales compatibles con intento de estrangulamiento, y de las regiones afectadas, principalmente el costado, la fosa renal izquierda y el cuello, la Fiscalía considera que el peligro vital genérico fue importante, “en cuanto que hubo riesgo de afectación tanto de vísceras como de retroperitoneales y riesgo de asfixia por estragulamiento u obstrucción externa de las vías respiratorias”. Pero, precisa que no llegaron a comprometer órganos vitales, afectando a tejidos blandos superficiales, como la cara lateral derecha del cuello y tejidos blandos del costado y fosa renal izquierda., por lo que el riesgo vital específico fue bajo”, concluye.


A la víctima, que tuvo 60 días de curación, con pérdida de calidad de vida, le quedaron como secuelas varias cicatrices, una de ellas en el borde radial de la falange distal del segundo dedo de la mano derecha y una en el pulpejo del segundo dedo de la mano derecha, ambas de 2 centímetros, una vertical de 4 centímetros en la palma de la mano izquierda con otra de 1,8 centímetros en el pulpejo del segundo dedo y otra en el costado izquierdo de 2x1,5 centímetros con otra de 1,5x1,5 centímetros en el costado.

 

La acusada deberá responder también de un delito continuado de amenazas

Los dos detenidos. A.G.R. y M.P.B.M., estuvieron en prisión preventiva del 23 de octubre al 3 de diciembre de 2020, y sometidos a las medidas de prohibición de acercamiento y comunicación con respecto a F.J.D.G., y en la última fecha referida se decidió la puesta en libertad provisional, manteniéndose las demás medidas cautelares. A la mujer se le atribuye también un delito continuado de amenazas ya que, según ha trascendido, durante un periodo de dos semanas anteriores a la fecha de la agresión, al parecer, la víctima recibió repetidas amenazas por parte de ella, que se habría dirigido a él en numerosas ocasiones con expresiones como “te van a acuchillar”, “te van a clavar”, “prepárate para la que te espera” y “te van a matar”. Por ello, el Ministerio Público solicita un año y medio de prisión para la mujer por un delito continuado de amenazas, además de la prohibición de acercarse y comunicarse con él durante tres años. 

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