La plataforma Stop Accidentes, que preside Jeanne Picard, siempre fue muy crítica con la entonces más llamada vía rápida, que aproximadamente estuvo activa desde 1994 hasta mediados de diciembre de 2008, en que se inauguró y entró en servicio la Autovía do Barbanza, después de un par de años empleados en acometerse las obras de desdoblamiento del antiguo corredor que supusieron una inversión de unos 127 millones de euros. Ahora, cada vez que regresa a Corrubedo, donde tiene su segunda residencia, y circula por la AG-11, que cree que ha supuesto un antes y un después en lo que debe ser atravesar la comarca barbanzana detecta un paulatino deterioro de su pavimento, que ya fue objeto de alguna actuación puntual para su mejora para evitar problemas detectados. 

Sin embargo, ella lo ve “insuficiente” y demanda un mantenimiento más frecuente del vial, algo que considera "indispensable", pues subraya que, aunque también influyen otros aspectos, una carretera bien conservada es uno de los aspectos que más redundan en la seguridad de sus usuarios: "una carretera segura tendrá conductores seguros".. Picard señala que la existencia de algún punto rugoso, con parches para tapar baches o en los que el asfalto está deteriorado suponen un peligro, pues influyen negativamente en la conducción y la adherencia de los neumáticos se ve afectada negativamente e, incluso, advirtió que hay conductores que para esquivarlos realizan alguna maniobra de riesgo e invaden de repente otro carril, ya sea en el mismo sentido en el contrario, y que ello podría causar un accidente de tráfico.

Igualmente, entre otras deficiencias, hace referencia al diferente nivel de algunas juntas de dilatación en el tramo de bajada desde la salida de Vilariño, en Boiro, hasta el viaducto de la ría, y que supone como un escalón que puede provocar que los vehículos se desestabilicen y tenga graves consecuencias. De todas maneras, insiste en decir que la infraestructura con doble carril en un mismo sentido es "fundamental" para evitar mayores riesgos, y que para ello resulta "imprescindible" que la autovía no tenga baches y que la reparación del pavimento debe realizarse en condiciones y, a medio o largo plazo, no sirve un remiendo a base de rellenar el socavón con un poco de aglomerado. "Necesitamos carreteras seguras para contrarrestar los errores de los conductores", puntualizó la presidenta de Stop Accidentes.